Nutricion y salud

Ayuno intermitente ¿Dieta milagro o ciencia anti-age?

Dr. Marco Antonio Ríos

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¿Pensarías que dejar de comer te ayudará a bajar de peso más rápido? ¿Por qué un gran número de personas con sobrepeso tienen el hábito de comer pocas veces al día y aún así acumulan grasa y problemas de salud? ¿Comer muchas veces al día mejora el metabolismo?

Éstas son preguntas que siempre confunden a la mayoría de mis pacientes y a muchísimas personas en las redes sociales y en internet. ¿Por cuánto tiempo nos han hecho saber que comer muchas veces al día, se mejora el metabolismo? Significa esto, ¿gozar de más salud? 

Hoy en día hay muchas corrientes de alimentación que afirman ser “el hilo negro”, inclusive la mercadotecnia se aprovecha de dicha información científica para vender productos que “faciliten” la pérdida de peso y mejorar la salud con sólo tomar una cápsula al día sin importar el resto de hábitos de alimentación o ejercicio. Estos incluyen “regeneradores celulares”, “potenciadores de antioxidantes”, “combustible inagotable quema grasa” y más.

Dentro de todo esto llega el ayuno intermitente. Vengo a decirles que NO es una dieta NI un producto milagro. Los protocolos de ayuno se han estudiado durante años por sus beneficios a la salud, tanto que, en 2016, el premio Nobel de Medicina y Fisiología le fue otorgado al biólogo japonés Yoshinori Ohsumi por su investigación en la autofagia. Este descubrimiento defiende un sencillo mecanismo por el cual una célula digiere ciertas estructuras internas y proteínas en un proceso de limpieza continua. Este proceso se ha convertido en una herramienta esencial utilizada para mantener su propia salud, resistir la infección e incluso, posiblemente, combatir el cáncer.

De manera simple, el ayuno intermitente le permite un descanso al cuerpo para poder funcionar mejor. Disminuye los picos de insulina (beneficiando enormemente a pacientes con resistencia a la insulina), disminuye la producción excesiva de ácido en el estomago y mejora la absorción de nutrientes en el intestino, favoreciendo su utilización. 

A largo plazo, la salud celular mitocondrial, se ve beneficiada y disminuye los efectos de envejecimiento de la misma.

El hecho de que las personas lo utilicen para bajar de peso, se basa en una premisa de física básica, la ley de la termodinámica. Si uno consume menos calorías de las que quema en el día, bajará de peso. Sin importar si las calorías consumidas aportan más salud al cuerpo, el hecho es que muchas personas pueden fácilmente “apretar” sus horarios y restringir su ingesta y por ello bajarán de peso. De la misma manera, aunque una persona se restringa a comer una sola vez al día, si en esa única comida, excede el requerimento calórico, será imposible que baje de peso. El metabolismo no se hará más eficiente o “rápido” dependiendo del número de comidas que uno tenga, esto sólo dependerá de los elementos que el paciente introduzca y si su sistema endocrino (hormonal) y microbiota intestinal funcionan correctamente y aprovechan dichos nutrientes. 

Si el paciente desea una mejor salud y además bajar porcentaje de grasa, el protocolo de ayuno tiene que ser calculado por un especialista en el tema y explicarle al paciente que los beneficios de salud se alcanzaran y mantendrán a mediano y largo plazo. La disminución de peso puede alcanzarse rápidamente si el déficit calórico se logra y mantiene bajo un estilo de vida realista. Nunca es una buena idea forzar una estrategia como éstas a un paciente que sólo lo busca como “solución express”.

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