Inquietudes

Insomnio

Por Rosi Ruiz Joaquín

Escuchas los sutiles sonidos nocturnos en tu habitación: un constante goteo del lavabo del baño, el zumbido de un mosquito alrededor del oído, el crujido de la cómoda de madera, unas gotitas de lluvia pegando en la ventana, el suave ronquido de tu mascota que duerme plácidamente junto a tu cama…. y así pasa una, dos, tres horas. Miras tú reloj del buró. Ya son la tres de la mañana y aún no logras dormir.

Tus pensamientos ya son monótonos y aburridos. Pareciera que van en círculo. Se repiten constantemente. Cuando te das cuenta ya pensaste lo que vas a cocinar o qué próximo pago harás en el banco mañana. 

Hasta empiezas a planear lo que harás el próximo año. Ya cambiaste de posición en tu cama veinte veces. De un lado, al otro lado, ahora boca abajo, ahora boca arriba. 

Tomas un vaso con agua, vas al baño, vuelves a la cama. Si estás solo enciendes la luz para leer un libro. Si compartes tu cuarto entonces todo lo haces con cuidado y en silencio. Sigues despierto, te preguntas si tomaste café… ¡Sí, seguro eso fue! Y te regañas por haberlo hecho. De pronto se adueña de ti pensamientos negativos (los llamo demonios nocturnos) comienzas a sudar frío. Tu respiración se agita y sientes que el corazón se acelera, te sientes extraño y vulnerable, sientes miedo de todo y de nada.  Ahora comienzas a sentirte mejor y a relajarte. Tuviste un ataque de ansiedad. Vuelve la calma, pero no, el sueño no llega. Ya pasaron dos horas más. Por fin te quedas profundamente dormido… suena el despertador. 

Insomnio: Es un trastorno del sueño frecuente que puede causar dificultad para conciliar el sueño. Puedes tener mucho sueño y cansancio durante el día acompañado de angustia, depresión e irritabilidad acompañado de falta de concentración. Se dice que el 40% de la población mexicana sufre de insomnio. 

Las causas pueden ser diversas, como alteraciones cardíacas, así como el desfase de horarios por los viajes largos o por las preocupaciones de día a día. También el nerviosismo por alguna actividad importante, cambios de horario de trabajo o quizás comer algunos alimentos que nos dan mucha energía. Ver algún programa o película que contenga mucha violencia es también motivo de insomnio, así como ver o escuchar los noticieros nocturnos. Evita el consumo de alcohol.

La buena noticia es que existe remedios para combatirlo. 

Si ya es una situación insoportable, lo mejor es visitar a un especialista para que te dé el tratamiento adecuado. Si es más leve, puedes recurrir a remedios más suaves, así como a infusiones de manzanilla, tila, valeriana o azahares. Hacer ejercicio matutino es un buen comienzo, pero ojo, no hacerlo en la noche porque es estimulante. Trata de tener pensamientos agradables. Duerme a una hora determinada después de leer un libro de lectura suave. Date un baño por las noches con agua calientita. 

Tú mismo pregúntate por qué no duermes y encontrarás la respuesta en tu corazón.

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