El aroma a manzana y canela acaricia suavemente mi olfato. Como si fuera una raíz de árbol, va penetrando lentamente por mi nariz hasta llegar al cerebro para hurgar en ese archivo mental que todos tenemos llamado memoria. Me transporté a tantos años pasados navideños. Cada uno con una historia diferente. La ilusión infantil regresa a mis recuerdos. Cuando mis padres nos preparaban la llegada de los regalos que nos traería el niño Jesús.
Ese adorado niño Jesús que llenaba nuestro hogar de cálido amor, esperanza y paz. Era un honor colocarlo junto con sus padres María y José, en el lugar más privilegiado de la casa para poderlos contemplar en cada momento. Rodeado de musgo y algún espejo simulando un lago. Colocamos figurillas de barro y luces de colores.
Aún guardo en mi memoria lo maravilloso que era recibir tarjetas navideñas donde mostraba el Nacimiento con su estrella de Belén, en colores dorados y plateados, con emblemáticos mensajes de este bello acontecimiento. También había tarjetas donde ilustraba la llegada de los Tres Reyes Magos para adorar al niño Jesús. Recuerdo la chimenea de nuestra casa, adornada con estas bellas tarjetas que recibimos ese año y de los guardados de los años anteriores que eran enviados por amigos y familiares expresándose sus mejores deseos. Era emocionante escuchar al cartero cuando llegaba con estas tarjetas y por supuesto lo más bello era saber quién las enviaba. .
Los sutiles aromas de la cena de Nochebuena hace más cálida la esencia navideña. Y luego, abrir los regalos que nos trajo el niño Jesús.
Hoy día, con la mercadotecnia y la globalización se han impuesto figuras que son parte de nuestro país vecino del Norte. Los niños esperan el anhelado regalo de Santa. Las casas tienen adornos de renos, muñecos de nieve así como trineos y muchos Santas. No niego que son hermosos, pero realmente, lo que festejamos en Nochebuena es el nacimiento de Jesús. Ojalá que en cada hogar tengan la bendición de tener un Nacimiento para honrar y venerar.
Navidad: Festividad religiosa. (Procede del latín “nativitas” que significa nacimiento), no es la celebración de una fecha sino de un hecho. Se conmemora el nacimiento de Jesucristo, un día muy importante para los cristianos. Porque Dios envió a Jesús, su único hijo, a nacer, vivir y morir por cada uno de nosotros.
Ya estamos despidiendo un año más. Pasó tan rápido que apenas me dio tiempo de terminar mis objetivos. En lo personal estoy muy agradecida por las bendiciones recibidas. Hubo un poquito de todo, bueno y malo. Quizás para muchos ha sido un año de reto y de lucha para salir adelante a pesar de la pandemia. Una pandemia que existe pero queremos ignorarla. Parece que tendremos una cuarta ola. Aún no sabemos lo que nos espera pero, si seguimos cuidándonos con los protocolos establecidos lograremos brincar.
Les deseo a mis queridos lectores una Feliz Navidad y que el próximo año 2022 sea de abundancia, salud, amor, paz y armonía. Que no les falte techo y sustento y mucho menos la bendición de Dios.
