PALOMA HERRERO

QUIÉN ES
Directora del Teatro de Cancún

 

¿Quién es Paloma Herrero?
Es ante todo una mujer que fue educada en una familia que cree en el trabajo honesto, en los valores y que sobre todo cree en trabajar mucho para hacer un mejor México.

Traes el teatro en las venas…
Vengo de una familia de gente de teatro; mi mamá fue directora de todos los espacios culturales de Mérida: el teatro Peón Contreras, el Daniel Ayala, el Centro Cultural del Niño Yucateco, etc. Crecí en un ambiente de respeto a un escenario y de respeto al teatro. Increíblemente el arquitecto Quintana no sabía esto cuando me invitó, la gente me tenía identificada en el medio turístico, pero yo traía ese bagaje de casa. Además mi mamá fue actriz de teatro experimental, ¡y no buena, buenísima!

¿Qué le aprendiste a tu mamá de esto?
Le aprendí a respetar el trabajo de un actor en el escenario, porque se necesita ser muy valiente y respetar al público. Por eso a veces la gente piensa que somos un tanto cuanto estrictos sobre las horas de entrada, no entrar cuando ya empezó una función sino hasta una pausa, esto desconcentra el trabajo del artista y del público que sí llegó a tiempo. Uno tiene que ser flexible para generar público pero también poner ciertas reglas o normas, que son de uso normal en cualquier espacio escénico en el mundo.

¿Te enseñó a cómo llevar un teatro?
Aprendí mucho de mi mamá de respeto a espacios, de la capacidad de trabajo, y, como hacía teatro experimental, sabía cómo reutilizar,  pero la persona que más me enseñó fue Enrique Vidal, porque mi mamá era una persona tan ética que pensaba que si compartía conmigo sus conocimientos era ser desleal a sus jefes. No se abría demasiado a la información, jajaja…

También fuiste modelo…
Durante algunos años, como ocho, tuve la suerte de trabajar con el empresario Carlos Millet, que fue la primera persona que puso los ojos del mundo de la moda en Cancún, porque tenía una cadena de tiendas internacional muy importante. Éramos muy poquitos en Cancún y me tocó no solamente ser la modelo de muchas fotografías sino coordinar los desfiles que a nivel nacional se realizaban; traíamos chárteres de la Ciudad de México. La verdad fue un trabajo muy intenso y muy avant garde para Cancún.

¿Después qué sigue?
Fui invitada a colaborar ya en el ámbito turístico con Posadas de México, hasta que me embaracé. La hotelería es un negocio un poco complicado y de largas jornadas, y no me permitía compartir mi actividad profesional con mi actividad de mamá. Después me invitó Fernando Barbachano a trabajar en su exitoso negocio de Mayaland y ahí permanecí muchos años. Después exploro un poco, invitada por Cayetana de Regil, el turismo de exportación, que era un área que no conocía, me dio la oportunidad de estar en su agencia de viajes. Posteriormente el arquitecto Quintana me invitó a colaborar en el proyecto Teatro de Cancún, donde tengo la suerte de estar desde el primer día; abrimos un 17 de enero del año 2000.

¿Con qué levantó telón el Teatro de Cancún?
Abrió con un espectáculo propio que se llamaba ‘Voces y Danzas de México’ y luego vino ‘Tradiciones del Caribe’. Si la memoria no me falla lo primero que se presentó en el teatro, distinto a estos espectáculos, fue uno creado por Jessica Mayer de Tirado, quien con un grupo de mamás se dio a la tarea de crear teatro para niños. ¡Nos pareció fabuloso! Después Liz Duarte del Talulah, y así empezamos a generar la actividad. Más tarde lo primero que se trajo de la Ciudad de México o reconocido a nivel nacional fue el espectáculo de Francis (q.e.p.d), que se había presentado años atrás en Cancún en otros foros y a la gente le gustaba mucho. También nos fue muy bien. Nos fuimos dando a conocer en el ambiente.

Tu mejor obra…
Intento que sea ser mamá, y ahora ser abuela.

Tu debut…
Mi trabajo siempre está relacionado a mis valores de familia. Soy la debutante en una familia de 10, porque soy la mayor. Debuté como hija de don Eugenio Herrero y doña Graciela Buchanan, cosa que es una enorme responsabilidad.

¿Quién te dio tu patadita de buena suerte?
De la persona que más he aprendido en el ambiente del teatro, y le estoy profundamente gradecida, de un señor reconocido a nivel nacional e internacional que tuve la suerte de que fuera amigo de mis padres y es un exitoso empresario del medio del espectáculo, Enrique Vidal.

Y en el ámbito personal…
La patadita para iniciarme me la da Carlos Millet. Es sin duda una persona a la que yo le debo personal y profesionalmente mucho, porque me hizo crecer, me dio muchas oportunidades; conservo su amistad hasta el día de hoy.

Tu mayor drama…
La pérdida de mi padre y de mi madre ha sido hasta el día de hoy mi mayor drama. Creo que es algo que afortunadamente ocurrió en paz y en tranquilidad, pero ahí están, duelen.

Tu mejor interpretación protagónica…
Lo que más me gusta hacer es recibir a la gente en la entrada del Teatro de Cancún, porque el teatro es mi casa y me gusta recibir en mi casa.

Tu mejor interpretación antagónica…
Ser una mujer a cargo de un grupo mayoritariamente masculino no resulta fácil. Todavía nos falta mucha preparación como sociedad para entender que las personas estamos en algún cargo por nuestras capacidades.

Tu miedo escénico…
Es siempre que la gente salga del teatro de alguna forma habiendo recibido lo que esperaba, porque sí recibimos los comentarios de las personas que por alguna razón no están a gusto con lo que pasó.

Tu mayor ovación…
La recibo siempre de mi esposo.
Tu amor frustrado…
Puede ser la carrera de leyes. En un futuro, cuando me jubile o me jubilen del teatro, tengo la inquietud de regresar a estudiar mi carrera otra vez. No importa cuántos años tenga, si todavía puedo y tengo fuerzas, porque el Derecho es mi amor frustrado.

Tu mayor amor…
Lo más sólido de mi vida está relacionado con la familia. Esos valores los traté de rescatar y transmitir a mi propia familia, la que fundé en Cancún.

Tu amor de la vida…
Es a mi país, estoy orgullosísima de ser mexicana, creo que México es un gran país. Por eso me duele que de repente pasen cosas que siento son injustas para México, pero que también pienso nos dan la oportunidad de crecer.

Tu mejor actuación…
Yo creo que eso es algo que a las mujeres se nos da bien. No te puedo decir en cuál. Trato de que esas actuaciones sean siempre honestas, que no sean mentiras, que si tengo un problema personal en mi casa no debo de traerlo al trabajo y viceversa.

Tu mejor aprendizaje…
Mi aprendizaje ha sido enorme, porque el hecho de estar además en la puerta del teatro te da oportunidad de conocer las reacciones humanas. La forma, primero, como la gente te percibe, como persona y como empresa, y luego cómo la gente reacciona, si llega tarde o si no puede venir, o si el espectáculo no le gusta… Va por ahí.

Lo que más te gusta de tu trabajo…
Estar en la puerta del teatro.

¿Qué se ve desde la puerta que no se ve desde el escenario?
Las emociones. Se ve las llegadas tarde del elenco, los nervios, que muchas veces los camiones que traen la escenografía no llegan a tiempo o tienen un contratiempo al llegar. Me ha tocado poner obras de teatro donde hemos tenido que armarles la escenografía porque no llegó. Para eso me ha servido mucho el haber tenido mamá actriz de teatro experimental. Todo ese trabajo que no se ve, porque ese es el chiste, que no lo vean, pero que sientan que todo fluye.

La parte más difícil de tu trabajo…
Para mí siempre es la parte administrativa porque hay que cumplir con muchos requisitos que marca la ley y que a veces nos da trabajo compaginar esos lineamientos fiscales con lo que ocurre en la realidad… cuidar la parte legal.

¿Lidias con el ego de los actores?
Yo no lidio con el ego de los actores. Algunos me hacen el favor de ser más accesibles, más amables, más educados que otros, y con algunos llegas a tener una buena amistad.

¿Has logrado hacer amigos en el medio?
Mientras más grande es el artista es más humano. Con Margarita Gralia, con Susana Alexander, considero tener una buena relación, incluso con Ofelia Medina, que además es mi paisana; los Bichir también. Y trato de tener una buena relación con los actores locales, para mí el teatro local es muy importante. La gente  joven no está a veces muy aterrizada.

¿Qué te quita el sueño?
Me quita el sueño ver una mejor ciudad, contribuir y ayudar a hacerla. Desde la puerta del Teatro de Cancún y desde la dirección del Teatro de Cancún, mi trabajo está enfocado a la comunidad, y por sobre todas las cosas me siento cancunense, me preocupo y me ocupo de eso: de hacer un mejor Cancún.

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