in memoriam

Fausto Torres Ferrer (Don Tebo)

15 de febrero de 1933 – 17 de julio de 2020

La víspera…

La vida es como un día, despiertas con la ilusión de hacer tantas cosas que al mismo tiempo que avanza debes dejar de hacer unas para poder concretar otras. Así es la vida, queremos abrazarla tanto como nos sea posible, hacer gigantes los segundos, atesorar lo más que se pueda de ella que nos garantice esa felicidad que todos buscamos y que al final nos damos cuenta que no es más que la suma de cosas insignificantes las que más nos satisfacen, y al caer la noche, son también las únicas que no se las lleva la regadera del baño diario, se quedan en un lugar donde nadie las puede tocar ni ver; están dentro de ti.

Así llevaré siempre tus recuerdos papá. A pesar de que aún estás aquí conmigo en la tierra, sé que un día darás luz a una estrella y cada vez que la vea pensaré en ti. No quiero que te vayas sin antes decirte que tu lugar será irreemplazable, tu cariño se convertirá en recuerdos que evocaran tu memoria cuando te extrañe, porque te voy a extrañar, ni yo mismo me imagino cuánto…

Desprenderme de tus manos, de ver tu cabecita blanca y tu cuerpo vencido por los años no será fácil, pero estoy feliz de haberte correspondido con lo poco que pude hacer por ti. Me faltó darte más besos y abrazos, pero lo más hermoso que escuché de ti fue decirme alguna vez: ¡Te extraño! y los repetidos: ¡Yo te quiero más! que nos decíamos al término de cada llamada. Todo eso lo voy a extrañar y más, porque nadie como tú me enseñó tantas cosas, desde agarrar una aguja y el dedal hasta aprender andar en bici y patinar. Gracias por dedicarnos tu vida a mí mamá y a mis hermanos, por darnos un techo y que nunca faltara nada en la mesa, pero hoy ya me empiezas a hacer falta y no sé dónde acomodar todos los sentimientos que se quedarán esperando a la deriva; te pierdo, te me vas, y yo te debo soltar, así como tú lo hiciste conmigo un día, ahora es mi turno y lo debo aceptar.

Gracias por ser mi padre, por ser mi inspiración y el mejor ejemplo de fortaleza; tu vida no fue fácil, pero aprendiste a escuchar, abriste tu corazón y supiste prosperar; hoy la vida te bendice con los dones que ganaste con tu trabajo, bien merecido maestro Fausto, hubiera querido darte más alegrías que dolores de cabeza pero la vida es así, hoy me quedo con lo mejor de ti y tú por siempre te quedarás en mí.

*Estas líneas las escribí sin saber -quizá presentir-, que esa noche cerrarías tus ojos definitivamente para volverlos a abrir en el paraíso. Mi corazón me decía que tu hora estaba cerca, que todo lo vivido estaba llegando a su fin, pero con el paso de los días he aprendido que no es así: esa noche nació un ángel, nación un sentimiento nuevo que es una extraña combinación de tristeza, nostalgia y alegría. 

Gracias por 52 años llenos de recuerdos. Nos vemos pronto papá, vuelta alto y lejos. ¡Hasta siempre!

“Tan sólo persiguiendo tu cariño yo vivo desafiando el porvenir y mientras tenga en mis venas sangre te seguiré queriendo, te seguiré adorando y será para ti todo mi corazón…”    (El Fiel Enamorado/La India de Oriente)

Esteban Torres Pérez

¿La vida es justa…?

Esta historia contiene todos los matices sentimentales que se pueden experimentar, ¿cómo se tiene que vivir cuando desde los tres años tienes que ver la vida sin madre, pero te rodean cariños carnales que te cuidan tratando de compensar esos huecos irreparables, asimismo, creces compartiendo sudor y tesón hombro a hombro junto a su padre que le inculca el valor del trabajo y el amor a las buenas costumbres? Las decisiones se tomarán al tiempo, no se sabe si tarde o temprano cuando por ausencias o necesidades formas una familia a la que con amor y mucho esfuerzo le ofreces tú sangre, sudor y lágrimas; formas a tres hijos, que como los dedos de la mano y a pesar de pertenecer a la misma extremidad son muy distintos el uno del otro. El tiempo te permite verlos andar en el mismo camino de la vida pero al llegar al ocaso, las ganas, las fuerzas y la salud te van mermando, al grado de disolverse los recuerdos que van dejando a su paso un cúmulo de memorias imborrables en la compañera que caminó a su lado por más de 50 años, dejando atrás la cosecha en su descendencia. Sigue tú camino en paz Fausto Torres, nos despedimos físicamente hoy aunque en nuestros corazones jamás habrá despedidas, seguiremos viviendo acumulando recuerdos y confirmando la incógnita… ¿Quién nos ha dicho que la vida el justa…?

Juan Carlos Torres Pérez

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Abue Tebo

Me gustaría fotografiar minucia por minucia, volver el tiempo atrás y aprovechar el tiempo a tu lado, pero ahora sólo me conformó con los recuerdos de aquellos bellos momentos.

Frida Sofía Torres Bobadilla

 

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