Por Isabel Rosas Martín del Campo
Cancún es una ciudad relativamente joven, pero contiene dentro de sí muchas historias que contar, sobre todo con doble orgullo. Porque es un lugar en donde la gente de inicio no nació aquí. Cada persona llegó sabiendo que no había nada y, sin embargo, a 52 años de distancia hoy lo hay todo. Lo primero que consolida a Cancún es que por fin ya se puede hablar de tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Y este fenómeno humano contiene a su vez grandes profesionistas que han sido los principales gestores de una ciudad que hoy puede llamarse organizada en todo sentido. La sociedad se va autoconstruyendo para continuar su devenir. Hoy Cancún cuenta con varias organizaciones civiles y de profesionistas que se van gestando para resolver ideas, ideales y acciones en pro de una sociedad que desea trascender. Como arquitecta pongo de ejemplo al Colegio de Arquitectos Cancún A.C. Fundado un día de mi cumpleaños 3 de diciembre desde hace ya más de cuatro décadas y durante las cuales casi tres años se sesionó en la Plaza Nader en un pequeño local. En aquel entonces el arquitecto Alfonso Baro Peruyero siendo tesorero se postuló para presidente del gremio y salió ganador en la terna. Su fiel promesa de campaña a la presidencia fue muy certera; la consolidación del Colegio de Arquitectos con un edificio sede y lo cumplió. Una vez que tomó protesta; puso manos al diseño arquitectónico de su autoría y a la obra. Hoy a quince años de distancia luego de haber sido presidente dos administraciones consecutivas por unanimidad, para poder concretar la nueva sede del Colegio de Arquitectos; nació un edificio a la altura de: La casa del Arquitecto. Fue un 1° de octubre del año 2007 “Día Nacional del Arquitecto”, cuando se inauguró la nueva sede del Colegio de Arquitectos A.C. cuyo corte de listón se le dio el honor al entonces presidente municipal el Lic. Francisco Alor Quezada y se abrieron las puertas para Cancún de un empoderado edificio de belleza arquitectónica con un estilo moderno a la altura de esta ciudad y del gremio de la arquitectura a nivel nacional; aquí se reciben a la comunidad gremial y la sociedad para dar cuenta del quehacer del arquitecto y su injerencia en las políticas públicas, que atañen al buen gobierno y desarrollo social y cultural de una comunidad entera. Sin lugar a duda, la iniciativa del arquitecto Alfonso Baro Peruyero merecería además de un reconocimiento a puertas cerradas, un homenaje ciudadano, por su aporte a la comunidad y por su visión ética a futuro de la profesión de la arquitectura en Cancún Quintanar Roo, y que apuntala el andamiaje de las nuevas generaciones. Además de su visionaria iniciativa y liderazgo gremial como autor y fundador de este edificio sede ya emblemático. Que a la fecha alberga a un grupo distinguido de arquitectos de todas las generaciones y esto, desde luego, incluye, su honestidad, buena administración de los recursos, pero sobre todo su amor al oficio y a la labor de un arquitecto que consagró su tiempo, dio su labor y la nutrió con su gran pasión y autenticidad al encargo que se le confirió.
