Página 36 - Proyecto Brújula - Jueves 6 - Época 4 - Número 266

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Un paraíso
llamado Holbox
Como
pez
en el
agua
A
pesar de los 160 años de antigüedad que tiene isla Holbox, para mí resultó
un paraíso totalmente nuevo ya que en esta segunda visita pude descu-
brir más allá de sus playas, su muelle y su centro. Gracias a la iniciativa de
Denisse de Kalafe,
quien además de ser una cantautora de gran trayectoria
-aparte de estar enamorada de este hermoso lugar-, se reveló como una per-
sona emprendedora al tomar la iniciativa de hacer voltear los ojos del mundo
gastronómico a este “hoyo negro” (significado de Holbox en maya yucateco) a
través de la Primera Muestra Gastronómica, en la que convocó a los restaurantes,
tanto independientes como de los mejores hoteles, para que participaran en una
competencia amistosa. Más allá del premio o el reconocimiento, entre todos hicie-
ron eco del sabor de la cocina de Holbox, para que el mundo hable de ellos y
esa difusión se convierta en nuevas visitas, ya que es una isla con atractivos natu-
rales únicos, que en esta ocasión descubrí incluso caminando sobre los extensos
bancos de arena que la bordean y sirven de santuario para los flamencos, todo
un espectáculo sin parangón para quienes amamos la vida natural. Esta isla está
ubicada en el extremo norte del estado de Quintana Roo y pertenece al municipio
de Lázaro Cárdenas. Según los historiadores, Holbox nació en diciembre de 1852,
con base a un documento enviado por don Bartolomé Magaña al gobernador
de Yucatán. Tiene una extensión de 40 km de largo y dos de ancho, con 34 km
de playa hacia el norte. Se encuentra unida intermitentemente a la península de
Yucatán por una barra de arena, con varios canales que la unen al mar y a la
Laguna Yalahau. Está considerada como un maravilloso destino turístico, reconocido como uno de los
Tesoros del Caribe Mexicano. Fue increíble ver con qué naturalidad se vive la vida en Holbox. No sé
por qué pero ese fin de semana gastronómico me hizo recordar la breve historia de amor que vivieron
mis padres cuando viajaron hasta Isla Mujeres para disfrutar su luna de miel, hace ya más de 45 años.
Ellos me cuentan de un lugar amistoso, lleno de casas chicas, algunas de madera y otras de plano
palapas, muy coloridas; playas limpias y extensas, mucha vegetación y poca actividad en las calles.
Así vi a Holbox, con ese sabor que todavía conserva un pueblo en desarrollo, con calles de arena
que invitan a pisarlas descalzo, pero como la comodidad se impone es mejor andar en chanclas para
evitar la fatiga. Si bien cuenta con una gran oferta de servicios, la hospitalidad es su mayor carta de
presentación, y ahora, a través de este abanico de opciones que puso de manifiesto el interior de sus
cocinas, quedó claro que sí hay sabor, y mucho, también variedad. Pero insisto, la calidez de su gente
contagia a quienes llegamos de fuera para estar con ellos. Si bien hasta hoy en día Holbox se con-
serva como un lugar rústico, su crecimiento está latente porque muchos predios llenos de vegetación
se preparan para venta y eso conlleva un desarrollo inherente, que ojalá sea medido, sin un impacto
que destruya su belleza que cautiva a quienes llegamos para
descansar y hacer fotos inolvidables, en medio de paisajes
abiertos que digan al mundo, ¡esto es Holbox!
Esteban Torres
Denisse de Kalafe.
Francesca Colinelli.
Olga Samaan.
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