Página 35 - brujula-241

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¿Los hombres son mejor en la cocina
que en la oficina?
Sí, claro. Somos mejor cocinando cosas.
Creo que en la cocina somos pícaros y di-
vertidos, y no nos estresamos, simplemente
cocinamos.
¿Sueltas fácilmente una receta?
Muy fácilmente. Soy una persona que
le gusta dar a los demás un poco de mí
mismo, por eso las recetas no son mías, son
de todos.
¿Qué consejo te dio tu mamá cuando te
pusiste tu primer mandil?
“No te vayas a quemar”.
¿Qué mesa te gustaría servir…?
La de muchos seres queridos que ya no es-
tán conmigo.
¿Te han devuelto un platillo…?
Sí. Pero no tenían la razón.
Si al hombre se le conquista por el es-
tómago, ¿cómo conquista un chef a una
mujer?
Con sus palabras, la comida ya va implíci-
ta.
¿Y una mujer a un chef?
Siendo tierna, cariñosa y entendiendo que
estamos locos.
Adicto a…
Al café. Solo, negro y totalmente oscuro
como mi conciencia.
La mejor receta de un chef para la cru-
da…
Evitarla, permanecer borracho.
Flameado…
No me gustan los flameados. He salido
flameado en varias ocasiones. Y sí, me he
quemado jugando a controlar el fuego.
Salado…
Es un estado mental, un estado de equivo-
cación, un exceso de algo. Creo que nadie
está salado, al contrario, la sal es la flor de
la vida.
¿Carnívoro?
Yo creo que demasiados vegetales hace
que ya no muerdas, y si muerdes demasiado
hace que ya no sientas.
Tu platillo favorito…
Mole de olla en lo gastronómico… En mi
vida personal, un caldo de experiencias
donde pueda conocer diferentes lugares,
texturas, tanto en personas como en sitios.
Tu postre favorito…
El postre para mí es la culminación per-
fecta de algo. Por ejemplo, en mi trabajo
el que algo haya salido bien y la gente
lo reconozca es el mejor de los postres…
aunque siempre me cae muy bien un me-
rengue.
¿Los hombres en la cocina son infieles?
Sí, porque tenemos que soñar con fantasías
para poderlas transmitir a nuestros platillos.
Uno se enamora de una langosta, de un
pedazo de carne, de un pescado, de una
alcachofa, y hasta de un pepino.
¿Qué te abre el apetito?
La ambición de hacer cosas que nunca he
hecho.
¿Qué te hace vomitar?
La burocracia, la falta de sentido común, la
falta de planeación, pero más la gente indi-
vidualista, con ambición desmedida que ve
por sí misma y no por un grupo de gente.
Denominación de origen…
México. Vivo en México, soy de México y
parto de México.
¿A qué te sabe el Caribe mexicano?
Me sabe a una brisa en la cara, mucha
humedad, a un clima muy cambiante, capri-
chudo; puede tener un precioso amanecer
o un precioso atardecer, pero también te
puede traer una nube gris que te puede
arruinar el día.
¿Qué te quita el sueño…?
La preocupación de mi gente. Si está bien
yo estoy bien, pero si no está bien yo tam-
poco.
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