Intimidad es

Paty Suárez

Siempre he sido muy bendecida, después de haber pasado lo peor, me concentré en trabajar y hacer cosas por los demás. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?

Por Esteban Torres P.

Hay cualidades por las que muchas personas sin ellos saberlo se convierten en modelos a seguir, inspiran y son admirados; ese fue el caso de la comunicadora Paty Suárez, quien recibió una invitación del máximo directivo de Televisa, don Miguel Alemán Velasco, quien vio en ella el potencial que necesitaba su compañía y no se equivocó porque hasta la fecha ella sigue explotando ese talento que descubrieron los ojos correctos.

PRIMERA PARTE: LOS INICIOS

¿Cómo te visualizabas de niña hacia al futuro? 

“Desde niña me encantaba ver la televisión, soñaba ser parte de ella, era como un sueño guajiro, y me encantaban precisamente los noticieros; veía a Juan López Moctezuma y a Marina Isolda en el Canal 4. Después pasó el tiempo y estas cosas se olvidan. Mi futuro era estudiar una carrera técnica porque en mis tiempos o eras maestra, secretaria bilingüe o trilingüe, estudiabas comercio, contaduría o enfermería. Me decidí por los idiomas, quería ser intérprete/traductora, me veía como la Italia Morayta, de Los Pinos. Sin embargo, nunca dejé de ver noticieros”.

¿De dónde eres originaria y cómo se fue gestando tu incursión en los medios de comunicación…? 

“Originaria de la Ciudad de México, estudiaba en la mañana y empecé a trabajar en las tardes a escondidas en las oficinas de relaciones públicas de ICA (Ingenieros Civiles Asociados) primero como recepcionista, después me enseñaron a hacer textos para enviar boletines informativos, con Martín Reyes Vayssade, hasta llegar a ser secretaria particular de Gilberto Borja Navarrete, vicepresidente de ICA. Cuando terminé la secundaria estudié idiomas en diferentes instituciones, lo que me permitió disponibilidad de horario.

“Una amiga me presentó a Jesús Pérez Vives, quien trabajaba con Amado Treviño, director de comunicación social del Departamento del Distrito Federal, con Octavio Sentíes; acepté su oferta de trabajo y lo primero que hice con ellos fue ser la imagen de campañas como: El agua es vida, Maneje con amabilidad, y en todas era tú servidora la que salía en esos espectaculares, pero además seguía redactando textos en comunicación social para el DDF y ahí conocí a Jorge Saldaña, que tenía un programa en Canal 13, Sábados con Saldaña, me invitó de coordinadora -pero yo seguía estudiando idiomas-, ahí coordiné programas de literatura como el de Juan José Arreola, Sopa de Letras; y un día conozco a otra amiga, era una modelo de la época que retomaré más adelante. Después me fui a una gira con Jorge Saldaña para anteceder la carta de deberes y derechos de Luis Echeverría, nuestra misión en Canal 13 era hacer reportajes para que la gente conociera los países que Luis Echeverría iba a visitar en Lationamérica, así me inicio como reportera y estando en Argentina me encuentro de nuevo con mi amiga la modelo; fuimos a cenar al único restaurante que estaba abierto porque acaba de suceder la muerte de Perón, y ahí nos encontramos a don Miguel Alemán Velasco, vicepresidente de Televisa, a Fernando Alcalá y a Jacobo Zabludovsky, al final de la noche me dijo ¿Qué haces trabajando en Canal 13 con Jorge Saldaña, vente mejor a Televisa? Llegando a México me buscas para que te hagan pruebas y dicho y hecho, regresando a México fui a verlo, llamó a Víctor Hugo O´Farrill, era director de Canal 4, pasé las pruebas de cámara, mi dicción era buena, me aceptaron y así entré a Televisa, pero le dije que yo no era periodista, sólo sabía idiomas, pero eso no fue ningún obstáculo porque me dijo que lo aprendería sobre la marcha, así que me metieron primero como reportera, acompañaba a los muchachos, hacía mi propia nota y quién crees que me las corregía: Jacobo Zabludovsky, al principio me las tachoneaba y después ya me decía cómo debían quedar”.

Entonces tu primer trabajo fue la televisión y de ahí diste el brinco a prensa escrita, medios electrónicos, radio…

“Toda mi carrera fue en Televisión, sin embargo, Televisa tenía muchas empresas y a veces te pedían un artículo para una revista o te pasaban a la XEW para conducir un programa de radio, pero ´mi fuerte´ fue realmente la televisión”.

Así se cumplieron tus objetivos y empezaron los retos, como profesionista y como mujer al servicio de la información…

“Así es, pero era una época más de hombres, poco a poco empezaban a figurar las mujeres. Y de esto han pasado ya casi 50 años, comencé en 1975. Yo ni lo siento, me gusta tanto mi trabajo, que parece que fue ayer porque lo disfruto tanto”.

¿Qué parte de ti se convenció ejerciendo el periodismo y cuál aún tenía huecos por llenar?

“Todo mi ser se convenció, lo adopté y aquí está la prueba, trabajando actualmente en Radio Fórmula QR”.

La satisfacción más grande que te ha dejado ser una periodista al servicio de la información…

“El cariño de la gente que, así como tú, reconoce mi trabajo, me tratan con mucho respeto y algunos aún me recuerdan de esa época que estuve en televisión. Yo siempre trato de hacer lo mejor que puedo en donde esté trabajando, me estoy actualizando constantemente, me gusta investigar”.

¿Te ayudaron más tus ojos azules y tu cabello castaño para estar a cuadro o fue tu dicción, tu porte, tu inteligencia y tu capacidad o todas estas cualidades confabularon a tu favor?

“Yo creo que las dos, porque sí sólo hubiera tenido el cabello castaño y los ojos claros, pero vacía del ´coco´ no habría ayudado mucho, a lo mejor estaría en otro lado, pero en noticieros no, y por otro lado, haberme superado, aprendido, emocionado y apasionado por lo que estaba haciendo, eso sí ayudó mucho, así como mi nivel cultural, leía mucho desde pequeña; mi mamá nos regalaba cuentos a mi hermana y a mí, por eso tengo buena ortografía, buena capacidad de comprensión. Y sí. En aquel entonces la imagen era muy importante. Recuerdo que el señor Azcárraga tenía serios problemas cuando Fernando Alcalá salía al aire. ‘El Tigre´ era muy especial en eso”.

¿Quiénes son los jefes que más te han enseñado el valor del ejercicio periodístico? 

“Desde luego Jacobo Zabludovsky que fue con el que me inicié, además tuvo la idea de mandarme a deportes, eso fue terrible. Después de él pasé a las filas de Paco Ignacio Taibo y de Horacio G. Velasco, ellos se acercaron a la periodista que soy, aunque no tenga título universitario. Ellos son mis grandes maestros”.

¿Qué meta te falta cumplir como comunicadora?

“Me siento muy satisfecha de cada paso, desde foguearme como reportera haciendo notas sin sonido, de ahí pasé a ser co conductora de noticieros con Joaquín López Dóriga en 24 Horas del sábado; luego estuve En Contacto Directo Nuevo Día, primero con Ricardo Rocha, luego con Pepe Cárdenas; luego pasé a Contacto Directo 7:30 con Juan Ruiz Healy y Talina Fernández; hasta que cada uno se va del noticiero y se convierte en Antena 5 con Fernando Alcalá y Rocío Villagarcía. Después tuve un accidente muy fuerte y regreso con la transformación de un noticiero a cápsulas noticiosas en Canal 5, de cinco minutos, pasaban cada hora entre las 16:00 y las 20:00 horas. Regresa En Contacto Directo con Guillermo Ortega y ahí comparto espacio con Marivi Llamas, Pedro Ferriz de Con, y surge ECO, el gran proyecto de Jacobo, en donde tengo cuatro espacios diarios de lunes a viernes, hasta que se acabó ECO después de 12 años y al mismo tiempo empiezo las cápsulas informativas de Hoy hasta que me liquidaron. De ahí me fui con Virginia Sendel de Lemaitre a trabajar con ella en la Fundación Michou y Mau de niños quemados”.

SEGUNDA PARTE: TE CONVIERTES EN NOTICIA

El día que cambió tu vida… 

“Mi vida cambió el 12 de noviembre de 1980 cuando sufrí un accidente muy fuerte -un incendio-, donde resulté con quemaduras de segundo y tercer grado, en el 80% de mi cuerpo, es decir, mis posibilidades de vida eran del 20%. Sucedió en una época donde el polyester era la fibra de la ropa del momento, era cómoda, pero también era la más volátil en un incendio; me llevan al Hospital Metropolitano y de ahí me trasladan al John Sealy Hospital, en Galveston, Texas, por órdenes del señor Azcárraga, considerado el máximo hospital para atender adultos quemados, donde permanecí tres meses y medio. Regresé a México y me presenté a trabajar directamente. Félix Cortés Camarillo fue a recibirme al aeropuerto con cámaras y una silla de ruedas pensando que iba llegar grave sin poderme mover. Mis amigas ya me habían organizado la bienvenida: Lolita Ayala le dijo a Virginia Sendel que me comprara ropa nueva y bonita; Talina Fernández recién se había casado con Alejandro Carrillo Castro, y pasaron su Luna de Miel en Galveston, cuidándome, yéndome a ver todos los días al hospital. Cortés Camarillo me dijo ese día en corto: Dice Emilio que te tomes el tiempo que necesites, que ahí sigue tu chamba. Y yo le respondí: Dile a Emilio que voy el lunes -creo que era martes cuando llegué-, nomás voy a ver a Alfredo Palacios para que me haga un corte y me ponga bonita y el lunes nos vemos”.

En qué momento de tu vida te encontrabas cuando sucedió…

“No te puedo decir si era el más importante, pero a mis 24 años ya había alcanzado notoriedad, estaba de lunes a viernes en las casas de todo México y lo más importante: ya tenía una amistad muy fuerte con mis colegas, tanto de Televisa como de otros medios, todos hablaban de mi accidente, sobre todo de espectáculos”.

¿Cómo aprendes a vivir con ese golpe sin perder tu esencia?

“Ahora entiendo a los Alcohólicos Anónimos, pero también estaba muy enojada con Dios, no entendía por qué yo, y no el que viola o mata. Después lo vas entendiendo y terminas dándole las gracias. Yo me di a la tarea de contarlo cuantas veces fuera necesario, yo no quiero negarlo ni bloquearlo, yo siento que parte de una terapia es contarlo. A mí nadie me ayudó, yo solita salí adelante”.

Quién te ayuda a canalizar ese trago amargo para convertirlo en una experiencia de vida que ayude a los demás.

“Fue todo un proceso, pero salí adelante y el trabajo me hizo procesarlo aún más rápido, sin embargo, cuando la hija de Virginia Sendel tuvo su accidente en 1997, me tocó darle la noticia y cuando llegó al hospital me pidió que les llamara a mis doctores de Galveston para ayudar a su familia. Y después se crea la fundación en memoria de su hija y su nieto, de la que formo parte al día de hoy”. 

¿Ser promotora de la Fundación Michou y Mau, I. A. P. se convierte en tu mayor causa en la vida?

“Sí, desde luego, porque yo lo pasé, yo sabía del dolor que es padecerlo y de la incertidumbre de imaginarte cómo vas a quedar y cómo serán las curaciones. Vi pasar a hombres gigantes doblarse de dolor, imagínate cuando le pasa eso a un niño que no sabe de dónde provino, y los padres que tampoco saben qué hacer, yo vi a los míos sufrir conmigo.

“Poco tiempo después de mi liquidación de Televisa Virginia, crea la fundación y me invita a ser su directora de prensa y relaciones públicas, pero también de Prevención. Así llegamos hasta el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, lo convencimos de crear una unidad de quemados y un banco de piel y de tejidos. Ahí me quedo a hacer promoción y difusión. Esa fue la parte más dura porque no tenemos cultura de procuración de órganos desconociendo que con una fracción milimétrica de piel puedes salvar a un adulto o un niño”.

Cancún, un vuelo sencillo sin regreso, una invitación para cambiar de aires o una decisión personal…

“A un año de estar trabajando en el Instituto Nacional de Rehabilitación mi hija decide venirse a estudiar la prepa a Playa del Carmen con su mejor amiga, al principio todo bien, hasta que vine a verla y preferí mudarme para estar más tranquila. Se entera Arturo Medina que ando por aquí y me pide que vaya a hablar con la familia Vera que anteriormente dirigía la estación de Radio Fórmula QR y el primero de mayo de 2010 empiezo a trabajar. Yo había llegado en febrero así que rápido conseguí trabajo”.

¿Qué retos te implicó Cancún desde tu llegada?

“Ninguno, porque me recibió con trabajo, cuando ya muchos de mi generación se habían retirado. Yo renací gracias a Radio Fórmula, después se va mi hija a CEA de Televisa y yo me quedo porque estaba feliz en Cancún. Virginia Sendel me nombra delegada estatal de la Fundación y desde 2013 se instala la representación”.

¿Qué te mantiene anclada a esta ciudad?

“El mar, viviendo en Playa del Carmen lo tienes más cerca de ti. Caminaba a diario toda la Quinta Avenida para tomar el ADO a Cancún. No puedes no amarlo”.

¿Eres una mujer que está en la búsqueda constante de oportunidades para seguir haciendo realidad tus sueños?

“Claro. Siempre he sido muy bendecida, después de haber pasado lo peor, siempre estoy aprendiendo, trabajando, tratando de hacer cosas por los demás, mi familia viene a verme todo el tiempo, ¿Qué más le puedo pedir a la vida?

TERCERA PARTE: INTIMIDAD…ES

Del guardarropa de los recuerdos de tu vida cuál es el más recurrente para levantar el ánimo…

“Mi accidente, porque me demostró que pude con él. Es un traje que luzco con orgullo sin compasión, sin victimizarme. Poniendo ahora de moda la seguridad y la prevención”. 

El accesorio que más te identifica y sin el que nunca saldrías de tu casa…

“La honestidad, es lo que le he enseñado a mi hija. Y si eres honesto siempre vas a jugar a ganar”.

Eres una persona apegada a las cosas materiales…

“Materiales como el dinero, la joya, el coche, no; apegada a mis recortes sí; a mis fotos familiares, al regalito que me dio fulanito, a todo eso sí”. 

Lo que nunca falta en tu dieta…

“Pasión y amor, a mi familia y a mi trabajo”.

¿Eres supersticiosa?

“No, pero voy a ver mi horóscopo para saber cómo me va a ir hoy”.

El lujo que te identifica…

“Mis amigos y mi familia”. 

El placer culposo que te cuesta trabajo admitir…

“Hay varios. ¡Comer y beber! Reírme y pasarla bien. Pero definitivamente soy una huerca holic”.

Los colores que más te identifican y por qué…

“El azul, por eso vine a Quintana Roo para verlo en vivo y a todo color”.

El cumplido más bello que has recibido como persona y como profesional de la comunicación…

“Conocí en los 80’s a Michael Douglas, estaba filmando Dos bribones tras la esmeralda perdida con Kathleen Turner. Se ofreció una cena para él y a Talina Fernández le dijo que me vio en la tele y le pidió que nos presentara, yo esa noche tenía noticiero y llegué tarde, además me entró la inseguridad, no concebía que una estrella como él quisiera conocerme. Nos vimos unas cuantas veces más porque don Miguel Alemán me pidió que lo ayudara a encontrar locaciones para el rodaje, y un día estando en la oficina de Hard Productions con la gran fotógrafa Nadine Markova, entro yo y él le dice: ¡A qué no has visto unos ojos más bonitos en este planeta, si o no! Y tomándolo de una estrella como él suena aún más bonito”.

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