Beto Vs. Beto

Lo que hace no es ilegal, es inmoral”… Con esta frase es con la que alza la voz BETO FRISCIONE ante las autoridades, quienes dieron luz verde al amparo del pescador portomorelense HUMBERTO ANDUCE, quien siguiendo la tradición familiar ha hecho de la caza del tiburón toro su gran negocio.
Desde hace una década, FRISCIONE junto con JORGE LORÍA y un puñado de experimentados buzos están creando un movimiento de conciencia colectiva para salvar a esta especie… y nadando contracorriente. Primero, en el sentido de que la popularidad de este animal no es, digamos, halagüeña per sé. Mitos y algunos extraordinarios casos han alimentado su fama en todo el planeta sobre su gran peligro a la humanidad…. Nada más falso. Sumado a ello, lo que representa en términos de comercio, claro, sin parangón versus sus beneficios.
Al tiburón toro le tenemos mucho que agradecer. En términos de promoción, un colosal atractivo turístico al destino, como uno de los más espectaculares tours de buceo, en virtud de que su arribo a las costas de Quintana Roo atrae a  miles de turistas al año, pues es un fenómeno natural solo repetible en las islas Fidji y Cuba.
En términos de centavos, el tiburón toro deja una derrama anual cifrada entre los 1.5 y dos millones de dólares al Caribe mexicano, y otros millones más en publicidad de importantes  medios internacionales.
En términos ambientales, el arribo del tiburón ha permitido estudios serios sobre su comportamiento y patrones de movimiento muy apreciados por la comunidad científica y por los grandes grupos ambientalistas del planeta.
En esta conciencia colectiva que está naciendo se involucró, por ejemplo, el expresidente de México, FELIPE CALDERÓN, quien ha sido uno de los más sensibilizados en el tema tras bucear con este espécimen en Playa del Carmen a invitación de los experimentados buzos. De hecho, tras su experiencia decretó algunas reservas naturales y se consignó su captura a nivel federal…
Recientemente se adhirieron al movimiento JEAN-MICHEL COUSTEAU durante el Cozumel Scuba Fest, efectuado el pasado 12 de diciembre, y el futbolista RAFA MÁRQUEZ, quien desea contribuir a su preservación a través de su fundación.
El tiburón toro no es de ninguna manera una especie protegida, como lo son el tiburón blanco, el tiburón peregrina y el tiburón ballena. Se matan al rededor de unas 100 millones anualmente alrededor del mundo. Y en la zona el daño creado por el pescador ANDUCE está minando todos los esfuerzos por su preservación, más aun tratándose de hembras preñadas que vienen a resguardarse en las costas del Caribe mexicano desde el mes de noviembre y hasta el mes de marzo. La testarudez del pescador le ha cegado para conciliar intereses económicos con los buzos, quienes incluso le han ofertado importantes desembolsos como retribución a parar la captura de la especie, conducta atribuible al respaldo de autoridades estatales quienes le han protegido aprobándole el amparo. También ha echado por la borda inversiones millonarias para la investigación al capturar especímenes con marcas satelitales y patrones de movimiento que mucho aportarían a la comunidad científica luego de su apacible estancia por las costas del Mar Caribe.
El señor ANDUCE mantiene una postura innegociable y prepotente. Así que mi carta a Santa Claus será llevarle un sabio consejo que nos han compartido los ambientalistas: “Si quieres comer algo… críalo, engórdalo, reprodúcelo y cómetelo”… Voilá!
[mariana]

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