Hecho en Casa

Cierto es que todas las cosas hechas a mano cuestan más, ya que como buen proceso artesanal requieren de mayor atención, así como de cuidados extremos, porque todo lo que toca la mano del hombre siempre ha sido considerado arte. Tal es el caso del nuevo producto que ha lanzado al mercado la chef y gastrónoma Cristina Martín del Campo, una nueva línea de paletas de leche y de agua que venderá a granel. Cristina de ninguna forma piensa abrir una paletería, ni mucho menos una nevería, sino un producto de calidad que pueda estar disponible en varios lugares. Una paleta es un antojo que siempre es bienvenido en este clima en casi todas las épocas del año, ya que además de que refresca se pueden hacer de casi todos los sabores, así que entre todas las opciones siempre habrá uno para cada paladar. Además de los sabores tradicionales, Cristina planea convertirlas también en un postre de adultos para las fiestas, ya que al agregarles un toque de licor les dará un plus que alegrarán cualquier evento, desde una despedida de soltera o sol-tero, una boda al aire libre, un cumpleaños; cualquier tema combina perfecto con una paleta de Margarita, de daikirí, de piña colada o de lo que el cliente pida. Cristina está preparada para sorprender el antojo de todos los clientes, así que ya pueden empezar a hacer sus pedidos. De momento las introdujo con sabores naturales durante la kermés que organizó el pasado fin de semana el Instituto Cumbres, donde se vendieron como pan caliente, y mi veredicto es que la de nuez sabe deliciosa, pero ese es sólo uno de casi 20 sabores que tiene disponibles, así que tengo suficiente trabajo como sommelier paletero durante un buen rato.

La que estuvo de manteles largos la semana pasada fue mi amiga la chef Ana Cano, con el 14 aniversario de La Troje, su restaurante de especialidades, en donde se aprecia el verdadero sabor casero, ya que nadie se esmera como ella en cada uno de sus platillos e incluso está ahí, siempre pendiente, vigilando que se sigan sus recetas al pie de la letra para que cuando salga un platillo de sus fogones esté verdaderamente tal como lo concibió. A pesar de que le han pedido en varias ocasiones que patente sus aderezos, sus mermeladas y salsas, Ana se resiste a dar ese paso, incluso ha frenado la posibilidad de abrir una sucursal, ya que su pasión está anclada a un solo espacio que actualmente comparte con toda su familia: sus hijas Adriana e Isabella, así como su nieto Charlie, el pollo Charlie, todos han dejado un poco de ellos en este lugar y eso es quizá lo que acentúa ese sabor casero.

Los que al parecer ya descubrieron la receta de la mejor sazón son Ro Escalante y su esposa Alejandra Moreno, que si bien han hecho una buena mancuerna en sus restaurantes Marcelino´s y Wazaaabi Sushi House, en Plaza Península, lo mejor que les pudo pasar fue recibir la notificación de la cigüeña. A poco más de un año de casados han logrado quedar embarazados y esa noticia se regó como pólvora por todos lados, ya que las dos familias deseaban con ansias un nieto o nieta de esta pareja. Serán largos los meses de espera venideros pero valdrán la pena, ya que la llegada de un nuevo ser es motivo de alegría, finalmente es algo que se hace con amor, como todo lo hecho en casa.
[esteban]

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