Especial de Portadatop

Mujeres Empoderadas

Male Rodríguez,  Gina Ortiz, Jenny Loría, Ana Catalina Treviño, Joanna Márquez.

Nuestra misión es hacer de Cancún un lugar mejor desde nuestro entorno

Por Esteban Torres P.

A tres meses de empezar el nuevo año, la actitud positiva es quizá el rasgo que hará la diferencia entre el pasado inevitable y el futuro incierto, por ello invitamos a participar a un grupo de mujeres de nuestra sociedad, todas ellas emprendedoras, pero sobre todo líderes de opinión, desde su trinchera para compartir las enseñanzas que les dejó un suceso inesperado convertido en lecciones que debemos aprender, para que el mundo no se detenga en ningún sentido, y que entre todas formen un efecto dominó hacia un mundo mejor.

La charla comenzó con la sugerencia de varios temas, pero sin duda para la generación que representan, la pandemia y los efectos posteriores, es el tema que más preocupa en general, ya que “estamos viviendo mundialmente las consecuencias de una situación atípica donde el rol que jugó la mujer fue trascendental, como mamá, esposa, enfermera, maestra y madres trabajadoras, enfrentándonos a algo totalmente desconocido y creo que muchas nos sorprendimos a nosotras mismas; no sabíamos de lo que éramos capaces de hacer o dejar de hacer, la casa se volvió todo: oficina, escuela y casa también; muchas mujeres sacaron sus talentos fuera de la rutina diaria, hubo tiempo para reflexionar, muchas aprendieron a cocinar, a pintar, le dieron tiempo de convivencia a su familia e hijos; exploraron talentos que no conocían; fue una época de incertidumbre pero de mucho aprendizaje introspectivo también”, coincidieron.

Introspección

“A lo largo de este año se limitó, y en el peor de los casos, se perdió el espacio propio; como psicoterapeuta, algo que hacemos los especialistas, es ayudarte a conectar contigo mismo para que puedas estar bien,  y a partir de ese punto, entiendas a tus hijos o a tu pareja y todos sigan creando desde donde debían estar; tanto la mujer como el hombre y todos los miembros de la familia están pasando por este proceso. Es por ello que es tan importante salir para interactuar y conectarse con los demás para estar bien consigo mismo, pero siempre con responsabilidad, como dicta la nueva normalidad”, aseguró Gina Ortiz.

Vivir en positivo

“Por otro lado, muchas mujeres, incluyéndome, ya sea como administradoras de negocios o de nuestro hogar, tuvimos que tomar decisiones por demás inteligentes para salir adelante, pero sobre todo tuvimos que contagiar positivismo y confianza, impulsamos a nuestros gente a salir adelante, a no perder la esperanza; durante la pandemia mucha gente se sintió descobijada, algunos perdieron el objetivo o tocaron fondo y no pudieron ver más allá. Pero si eres una persona con valores, y la intención misma es hacer el bien, puedes ayudar a otros…” aseguró la contadora Male Rodríguez.

Confianza

La doctora Jenny Loría comentó que su ejemplo fue contundente, “cerramos nuestra clínica los primeros tres meses pero manteníamos comunicación en equipo, había incertidumbre porque pensaron que en cualquier momento habría recorte a pesar de ser pocos, pero al regresar a la actividad, las pacientes llegaban más ansiosas, fuimos un tanto psicólogos, porque además de que querían verse más bonitas, necesitaban un retoque emocional para sentirse mejor; tuvimos que lidiar con las crisis que vivieron, además de la nuestra, fue un regreso muy interesante porque la gente pedía ese apapacho para sentirse bien desde adentro”, afirmó.

Reencuentro

Ana Catalina Treviño por ejemplo, se concentró en su familia y tuvo que hacer a un lado su posición como Dama Voluntaria de la Cruz Roja Delegación Cancún, “este tiempo fue un reencuentro conmigo misma 24/7 y de convivencia con mis hijos en donde aprendí a manejar la ansiedad; los niños estaban muy angustiados porque escuchaban que mucha gente se estaba enfermando y muriendo; ellos estaban preocupados pensando que en cualquier momento yo también podría morir de Covid, así que empezamos a filtrar la información para que no se angustiaran”.

Vías de comunicación

Otro aspecto que fue de gran importancia fue el uso adecuado y moderado de la tecnología, porque si bien era el único medio para socializar, muchos de ellos no están preparados para asimilar toda la información, Joanna Márquez, de profesión licenciada, comentó que, “anteriormente en casa había reglas para el uso de la tecnología, pero al convertirse en su herramienta de estudio para hacer tareas, trabajos en equipo o simplemente convivir con sus compañeros, muchas mamás caímos en la encrucijada de cómo nos íbamos a adecuar esas reglas ante la nueva realidad, y a pesar de eso creamos ambientes de paz y tranquilidad”, aseguró, y sin distraerse del tema, Male Rodríguez apuntó que “así como hay hogares muy afortunados con los medios para hacer frente a esa nueva forma de vida para poder continuar estudiando y conviviendo, hay hogares en donde no sucede así, por lo que muchos de nosotros aprendimos a ser empáticos con los demás, ayudando a los demás, tal vez no haya sido mucho, pero lo más importante es enseñar a la gente a pescar y no solo llevar pescado a su mesa”.

Vivir para servir 

Un fenómeno en el que coincidieron fue la ola de suicidios que se desató tanto en Cancún como en el resto del mundo, “mucha gente no supo cómo salir adelante, tal vez les faltó un hombro en donde apoyarse, pero creemos que no es suficiente vivir lo peor para perder la esperanza, siempre hay que hacer un esfuerzo, buscar esa luz que ilumine el camino; solos nada podemos hacer, pero en equipo todo cambia”, afirmó Male.

Destacaron también que alcanzar el pensamiento optimista y positivo no es fácil, ya que venimos saliendo de una temporada en donde se nos metió mucho miedo; “recuperar la confianza y pensar que nuestra familia y nuestras amistades no representan una amenaza no es algo sencillo, tenemos que aprender a confiar usando tanto nuevas como viejas herramientas; el cubrebocas es una y la otra es retomar una alimentación sana, balanceada, combinada con ejercicio, fortaleciendo mente, cuerpo y espíritu; si bien todos estamos propensos a resultar infectados, habrá quienes no, pero no podemos detenernos y permitir que la vida se nos vaya; ya habrá tiempo de volver a reunirnos en fiestas de 100 y más personas pero este proceso lo tenemos que vivir, es una nueva adaptación a la que debemos darle su tiempo sin apresurar los resultados porque ya vimos o vivimos algunas consecuencias”, coincidieron.

Si bien la enseñanza que les dejó esta situación es distinta para cada una tanto en lo general como en lo personal, coincidieron que hacer un alto en la rutina fue vital para darse cuenta de muchas que cosas que habían dejado de hacer: darle tiempo de calidad a sus parejas, hijos, amigos o al círculo familiar más inmediato según su caso.

“Aunque para muchas casas fue una situación triste, debemos sentirnos agradecidas y afortunadas de poder sacar provecho de una época que nadie imaginó y para la que nunca se nos preparó; fue un tiempo para revalorar y darnos cuenta lo pequeño es que nuestro mundo y que hay cosas más graves que no dimensionamos en las que debemos contribuir con un granito de arena para que cambien, ya sea como mujer, como persona, como madre o como esposa, es con lo que me quedo yo, porque no sólo quiero ver bien a mi familia, sino también a mi sociedad y por qué no, también a mi país”, aseguró Male.

“Descubrí que el miedo te paraliza y no te deja ver la realidad, pero cuando dejé de tener miedo logré grandes cosas, más allá de la salud; hablé con mis hijos de varios temas, visualicé algunos negocios, encontré en mí tanto cosas buenas como malas, aprendí a no tener miedo de estar sola conmigo. Muchas veces creemos que somos pequeñas hasta que descubrimos cómo podemos influir en nuestro entorno; no aspiro a ser una líder, pero descubrí lo grande y lo importante que soy en mi mundo, y esa es una gran enseñanza que pienso aprovechar”, afirmó Joanna Márquez con un suspiro que inspiró a las demás.

Para Jenny fue muy difícil volver a impartir talleres de capacitación a través de videollamadas o sesiones de zoom porque estaba muy acostumbrada a la interacción, sin embargo, poco a poco le ha agarrado el gusto y ahora ya las disfruta. Ana Catalina admite que se sintió en cierta desventaja con la tecnología a pesar de usar muchas herramientas en su vida diaria, sin embargo, al momento de combinar plataformas, bajar aplicaciones y entender su uso, oxigenó su menú digital y ahora siente que está al día, pero sin perder el ritmo de las actualizaciones que deben ser constantes. Ambas coincidieron también que han extendido ese círculo de capacitación con los adultos mayores de la familia que se resisten a usar la modernidad, pero ahora es la única forma de tener contacto con el mundo exterior.

Pero como todo en la vida: “ni es un carnaval, ni tampoco es miel sobre hojuelas, hubo quienes no encontraron lo mejor de sí en esta pandemia, sino todo lo contrario, muchos lo perdieron todo y la desesperación los ha obligado a delinquir, a padecer violencia intrafamiliar, y no lo podemos negar, debemos ver el lado oscuro y ser empáticos con esa gente, agradeciendo siempre los dones y tratando de compartir algunos con los demás”, coincidieron las damas.

Y ante todos los cambios que la vida nos ha orillado a hacer, nos encontramos en el umbral de un proceso social en el que todos debemos participar si aspiramos a ser una mejor comunidad, no podemos quejarnos ni decir ¡qué mala está la comida por lo que me contaron! Si te fallaron, demanda; si atentaron contra ti, denuncia, pero pídelo bien, y qué mejor si lo hacemos de una forma consciente y ordenada, estamos próximos a cambiar de servidores públicos y para eso necesitamos ejercer nuestro derecho al voto si no estamos conformes, cuales sean las razones que tengamos.

Ojalá que México no confunda una campaña de popularidad con una campaña de capacidad, no es lo mismo; ojalá que aprendiéramos a sumar y no a dividir, a ver a las personas por sus ganas de hacer bien las cosas y capacidad  y no por el color del equipo que representan; nosotros como mujeres podemos influir en nuestro entorno para hacer el cambio, desde nuestra casa, nuestro trabajo y el círculo familiar.

Adentrándonos un poco en el tema social, todas ellas coincidieron también que Cancún se ha convertido en una ciudad en la que cada quién ve por sí mismo -hablando de las personas que lideran la ciudad-, cuando es momento de buscar gente que aspire a servir al bien común, y eso no es fácil porque ya nos dimos cuenta que lo que realmente importa es la familia, pero tan importante es también garantizar el bienestar social para toda nuestra comunidad, y mirar a largo plazo, hacer planes a futuro, realizar obras a las que se les pueda dar continuidad, no solamente dar soluciones prácticas a problemas de años: no entendemos crear espacios recreativos o deportivos para la familia si no cuentan con alumbrado, seguridad y le den mantenimiento, por poner un ejemplo.

Nos gustaría que nos represente gente que sepa conciliar, tanto lo bueno como lo malo, tal parece que de cada tema llámese aborto, feminicidio, inseguridad, covid hay dos bandos y no debe ser así, queremos unidad; entre nosotras mismas podemos no estar de acuerdo en algo, pero si queremos un mundo en armonía, vamos a buscar el equilibrio, recordemos una frase que dice “el mar sin esa gota sería menos”, es decir, nunca dejes de hacer algo por más pequeño que creas que es porque aporta. Y no podemos pensar que todo es responsabilidad de los gobernantes, todos y cada uno podemos hacer mucho desde nuestra casa, inculcando valores, respetando el espacio propio y el de los demás, y enseñando a nuestros hijos con el ejemplo, a ejercer sus derechos, como el de poder elegir.

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