Cancún a mayo.- Durante décadas, el doctor Francisco Mendiola Franco ha dedicado su vida a cuidar la salud de miles de cancunenses. Hoy, irónicamente, es él quien necesita del apoyo.
Médico de urgencias, especialista en cirugía y manejo del dolor, Frank —como lo conocen sus colegas, amigos y pacientes— es hijo de pioneros de Cancún y un referente en el sector salud tanto público como privado. Fue director de Salud en el Ayuntamiento de Benito Juárez y también se desempeñó como director de Servicios de Salud del DIF Cancún.
Durante la pandemia de COVID-19, su compromiso fue ejemplar: recorrió casa por casa para atender personalmente a más de 500 pacientes, muchos de ellos sin acceso a servicios médicos. Su vocación lo ha llevado también a trabajar en el Hospital General “Jesús Kumate” en el área de urgencias y sala de choque, además de colaborar en otras ciudades antes de establecerse definitivamente en Cancún, ciudad que ama y a la que ha servido incansablemente.
Hoy enfrenta una situación crítica. En abril pasado, Frank sufrió dos muertes súbitas abortadas a causa de arritmias cardíacas letales. Gracias a la intervención médica inmediata, sobrevivió. Sin embargo, fue diagnosticado con displasia arritmogénica del ventrículo derecho, una enfermedad congénita que compromete seriamente su corazón.
Su única esperanza es una ablación cardíaca con mapeo electro-anatómico y la colocación de un desfibrilador automático implantable (DAI), que podría salvarle la vida en caso de una tercera muerte súbita.
En redes sociales circulan videos y mensajes pidiendo el apoyo solidario de la comunidad. Excompañeros, pacientes, vecinos y personas que incluso no lo conocen, pero saben de su entrega profesional, se han sumado a esta causa.
“Tu donativo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, dice uno de los videos difundidos.
La campaña de recaudación se encuentra activa en la plataforma GoFundMe bajo el nombre: Un latido por Frank. Puedes apoyar en: www.gofundme.com/f/un-latido-por-frank
Ayudemos a quien tantas veces ha ayudado. Frank necesita, ahora, el corazón de Cancún latiendo con él.