MARCOS CONSTANDSE

Uno de los grandes constructores del Caribe mexicano, Marcos Constandse, de Grupo Experiencias Xcaret, se descubre ante Brújula en medio del lanzamiento de su primera obra novelada, ¡Déjalo ser!, recientemente presentada en el hotel The Ritz-Carlton Cancún ante un ampuloso quórum de 800 personas

 

LO OBRA

Tu vena de escritor…
Yo dejo la religión a los 20 años y cometo un error. Al dejar la religión dejé el concepto de Dios, y durante 30 años tengo una enorme inquietud que me lleva a estar buscando, yo no sabía qué. Y durante ese tiempo tuve muy buena fortuna de encontrar buenos maestros en mi búsqueda. Estudié antropología, sociología, filosofía, y resultó que en una combinación de antropología y filosofía en la evolución fui encontrando el hilo conductor, hasta hallar esa búsqueda mía de Dios a través de Hegel gracias a  Luis Brito y Porfirio Miranda, traductores de Hegel en México, filósofo imposible de entender. Para Hegel Dios es el espíritu humano, y me satisface a plenitud, y ahí es donde logro cerrar todos los apuntes que hice a lo largo de esos 30 años y los convierto en un libro: Yo soy nosotros, un ensayo filosófico que saqué en 1992 y por el que me otorgaron un premio de la industria editorial.

Ecología y Espiritualidad…
Este libro nace de una serie de artículos de ecología que escribí para el periódico Novedades de Quintana Roo durante un año.

¡Déjalo ser!…
Uno de los títulos que apareció en mi mente cuando escribí Yo soy nosotros. Curiosamente en esa época nació el primer capítulo. Escribí como la idea de un indio maya que sale de su pueblito, quien se vuelve maestro de obras, triunfa, saca a su hija adelante, y ella se vuelve postgraduada, tiene un hijo y le pide a su marido que lo deje ser… Era un borrador de 20 hojas, que encontré el año pasado aquí en mi oficina, nadie puede explicar cómo apareció, es sin duda la cosa más rara que me ha pasado.

En qué está inspirado ¡Déjalo ser!…
Es una novela de Cancún, de su historia física y social desde su fundación, de sus bellezas naturales, de sus realidades, de una reivindicación de la etnia maya, del derecho a la riqueza de todos los mexicanos.

¿¡Déjalo ser! tiene algo autobiográfico?
Claro que tiene mucho de autobiográfico y espero que mucha gente encuentre también su biografía en lo que yo describo.

¿Cómo fue el proceso de escribirlo?
Cuando encontré el borrador en agosto no hacía más que levantarme en las noches para tomar notas… En las noches me acordaba de las cosas y en el día las escribía. Empecé a comer a las dos de la mañana y a cenar a las 10 de la mañana y me cuatrapié, hice un mes lo más raro de mi vida, y así nació ¡Déjalo ser!

¿Qué obra te falta por escribir?
La había iniciado, que era el replanteamiento de ‘Mi candidato’, y decidí no escribirlo. Entonces ya no hay ningún libro por delante.

El ESPÍRITU

Después de 30 años en tu búsqueda, para ti qué es Dios…
En una forma muy resumida, para mí Dios es el espíritu humano. Esta es la conclusión de Hegel, no es una postura mía. Hegel es el que hace ese descubrimiento o demostración, y eso se entiende un poquito más en mi libro Yo soy nosotros, el cual habla sobre la evolución del universo. El espíritu no existe en nosotros hasta que nacemos, porque el espíritu nos lo comunica el medio exterior a través de los sentidos. El espíritu es lo que los padres nos van diciendo. Los padres nos describen su espíritu, nos lo comunican, luego nos lo comunican los maestros, los amigos, el medio social, los libros, la literatura, el cine. Nuestro espíritu se va formando. Yo creo mi propio espíritu, y ese espíritu forma parte del espíritu universal como un granito de arena forma parte de la playa.

¿Para ti qué es el amor?
Para mí no es el aura poética de que te lleva a la luna llena y te llena de placer abstracto. El amor es sacrificio por propia voluntad, el amor es entrega, el amor es aceptar a la gente como es, no como quisieras que fuera, eso es el amor, y cada vez que haces un esfuerzo de ese tipo vences tu egoísmo.

¿Fuiste de joven enamoradizo?
Fui un desastre. Cuando dejé la religión no me volví liberal, por desgracia me volví libertino. De los 18 años a los 28 que me casé. Los libertinos ni escogen ni no escogen, lo que caiga es bueno y cuantas veces sea mejor.

¿Por qué siempre te vistes de blanco?
De misticismo no tiene nada. Siempre tuve pésimo gusto para vestir, igual me ponía calcetines verdes con pantalón amarillo. Nunca supe combinar los colores, y nunca le di tiempo ni interés a cómo combinarlos. Trabajando en Acapulco me vestía de blanco, y se me hizo una costumbre comodísima porque no tengo que seleccionar nada.

¿Cuál es tu más grande placer?
Comer.

¿Si tuvieras la última cena qué pedirías de comer?
Unos huevitos rancheros con frijolitos.

Tu vicio público y tu virtud privada…
Entendiendo la palabra vicio como tal, no lo tuve. Tuve el vicio del cigarro, y lo dejé. No tengo ningún otro. No creo tener ninguna virtud particular. Quizá lo que considero mi virtud más característica es que fui un hombre muy capaz en el trabajo.

¿Fuiste un hombre celoso?
La experiencia que te deja ser un libertino es la desconfianza, porque engañas igual que te engañan. Al principio de mi matrimonio fui celoso, por resabio de esas malas experiencias que tuve como libertino, y que fueron malas, malitas, malitas. Pero eso lo superé y hoy por hoy no me considero un hombre celoso.

¿Quién fue tu mala influencia?
Habrás dicho buena. No tengo a nadie a quien echarle la culpa de todos mis defectos.

¿Te pesa el apellido Constandse?
Me enorgullece. ¿De qué me va a pesar? Nosotros hemos hecho el apellido Constandse, no el apellido Constandse nos hizo a nosotros.

¿Qué opinión tienes del liderazgo?
Liderazgo es un gran cuento chino. La gente estudia cómo ser líder, lee cómo ser líder, va a cursos de liderazgo y trata de aprenderlo. El liderazgo es un don natural. Hay gente a quien la sigue la gente y hay a quien no la sigue. ¿Y a quién sigue la gente? A la que respeta.

¿Cuál es tu cuento chino?
De esos puedo tener varios. Quizás sea que digo que estoy a dieta, ese es mi gran cuento chino.

Si se te presentara en este momento Dios, cuál sería la primera palabra que te gustaría decirle…
¿Cómo estás, mano? Qué otra cosa. Dios está en mí, está presente siempre, está presente 24 horas al día.

Si fueras vino, cuál serías…
Español, Rioja. Para mí cualquier vino al que no le perciba el tanino es bueno. Como comento con mis amigos, yo ya no estoy para experimentar qué es bueno y qué es malo. A los 77 estoy para tomar las últimas buenas que me quedan.

¿Tienes miedo a la muerte?
Ningún miedo, la muerte no existe. Somos cuerpo y somos espíritu, y el espíritu es eterno. A qué le tengo miedo si yo nunca voy a desaparecer.

¿Qué no te gustaría tener?
Ya tuve lo que no me gustaría tener, cáncer; tampoco me gustaría tener hipertensión, y tengo hipertensión, y tampoco me gustaría tener diabetes, y la tengo. ¿Qué no me gustaría tener? Enfermedades.

¿Y el don?
El don profundo de la amistad.

¿Qué es la amistad?
Es una entrega incondicional.

La traición…
¿Me hablas de los Palace?

Tu travesura favorita…
De niño me gustaba tallarles las piernas a las señoras. De grande me sigue gustando, pero ya nada más a mi esposa… Jajaja.

¿Qué te quita el sueño?
El tener que pararme a orinar cinco veces en la noche porque tengo diabetes.

[qsuenos]
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