Lolita Ayala

La Televisión…
De casualidad, yo nunca, ni en mis más remotos sueños, pensé que iba a ser conocida y trabajar en televisión.

¿Cuál era tu vocación?
Medicina.

¿Cómo fuiste a parar a la TV?
Yo estudié College en EU, y en mi época había que revalidar los estudios del extranjero para entrar a la UNAM. Estaba en ese proceso, que tardaba más o menos seis meses, cuando un amigo me dijo que Notimex estaba buscando una chica para su noticiero en canal 8, que si no quería ir a hacer la prueba. Dije, mientras me dan mi revalidación… Me citan un sábado para un casting… Y ´a ver, improvisa esto, lee esto, y haz esto´.  Yo salí de ahí diciendo ´ojalá que no me escojan´.  El lunes me hablan por teléfono de Notimex, que me habían escogido y que esa noche salía yo al aire.

Sobre la marcha…
Sí. Yo soy totalmente empírica. Bueno, ni leía el periódico. Se lo dije todo al director, y me dijo: “no importa, no importa… Preséntate mañana aquí a las 9:00 de la noche, vas a ganar tres mil pesos al mes, vas a salir a las doce”. Y dije, bueno, lo voy a probar. Me encantó y me quedé…. 40 años.

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Cuándo nació la Lolita filantrópica…
Mi padre era médico, y recuerdo que cuando éramos muy chiquitos nos llevaban a zonas muy pobres, y mientras daba consultas gratis, mi mamá aprovechaba para repartir juguetes, ropa, comida… Creo que sembraron en mí esa semillita que después dio frutos para crear mi fundación desde hace 30 años.

La rosa de Lolita Ayala…
Lo de la rosa surgió cuando me dieron el noticiero como titular. Yo trabajé con Jacobo muchos años, pero siempre fui la segunda, en esa época la mujer no llegaba a ser la cabeza, al contrario, éramos las suplentes, el complemento, también el adorno, en algunas ocasiones. Sin embargo, cuando en marzo del ´87 decidieron darme un noticiero a mí sola, Miguel Alemán, a quien aprecio mucho, me dijo: “pon algo que te distinga…”. La idea fue de él, de poner algo distintivo, pero la idea de la rosa fue mía.

¿Por qué la rosa?
Yo amo a la naturaleza. Y como creo que vivimos en este planeta gracias a las plantas, a los árboles, que nos dan el oxígeno, quise poner una planta bonita. ¿Qué planta bonita? Pues la rosa. Esa rosa me ha acompañado desde hace 28 años.

¿Y con esa rosa nunca se te ha apetecido hacer el logotipo de tu asociación, o incluso un perfume a favor de tu labor filantrópica?
Me encantaría. Me estás dando una buena idea.

¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir?
Yo creo que las dos cosas. Aunque vengo de una familia que afortunadamente tenía resuelto su problema económico y heredé una casa en Polanco de mis padres y algunas otras cosas, yo empecé ganando muy poco, y a veces había que trabajar para ganar ese poco. Y trabajo con muchísimo gusto; el trabajo nunca ha sido una carga para mí.

¿Tu vida profesional atentó contra tu vida sentimental?
Por supuesto. Las personas conocidas tenemos muchos problemas con los hombres, especialmente con los que han sido educados bajo nuestra idiosincrasia latina, que no les gusta que la mujer sobresalga más que ellos, y además lo que al principio les gusta, que eres conocida, y vienen y te saludan y todo, al rato les molesta. Porque llega uno y el marido es invisible, entonces el señor se siente mal. Entonces te dicen, ya no te voy a acompañar a ningún lado porque yo no existo. Y finalmente no  les gusta estar con una persona conocida.

¿Alguna vez te enamoraste de alguna de tus fuentes?
Cuando empecé a trabajar me enamoré del que era subdirector de Notimex, porque yo empecé en Notimex, me casé con él y tuve a mi hijo. Ahí me enamoré.

De algún entrevistado…
No. De ninguno.

¿En cuántos años de carrera?
Cuarenta años de carrera.

¿Cómo has lidiado con la fama?
Pienso que no es fácil para el ser humano lidiar con la fama. Yo creo que el poder y la fama son dos cosas que tienes que trabajar, porque si no te conviertes en una persona prepotente, poco humilde, y la fama si no la sabes manejar pierdes el piso, y finalmente truenas.

¿Qué te ha detenido, qué te ha aterrizado?
Me prometí a mí misma cuando empecé a darme cuenta que la gente quería la foto, el autógrafo,  jamás decirle no a nadie… Lo menos que puede uno hacer es agradecerle al público que te tiene donde estás, con un buen rating… Siempre estoy dispuesta al beso, al abrazo, a la foto… y yo creo que eso me ha ayudado finalmente.

En contraparte, ¿la gente ha tratado de usarte por tu fama?
Bueno, eso aprende uno a darse cuenta. Nadie da paso sin huarache, casi casi. Todo mundo quiere algo a cambio.

Azcárraga Milmo…
Maravilloso ser humano.

Azcárraga Jean…
Generoso, inteligente y bueno.

Jacobo Zabludovsky…
El maestro, el amigo, trabajé con él 25 años y fue mi mejor maestro y mi mejor amigo.

El Teacher…
Distante. Fuimos muy buenos amigos desde hace 40 años que lo conocí en Televisa, hasta jugábamos póker con los esposos o esposas. Sin embargo, ahora cada quien está en su noticiero, él en la noche y yo al mediodía. Lo veo frecuentemente, nos saludamos, pero ya no hay esa cercanía que hubo antes.

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¿Qué se siente ser una leyenda viviente de la comunicación…?
No me doy ese crédito. Me creo más una persona conocida. Por supuesto, después de estar 40 años todos los días, varias veces al día, en la tele, me conoce todo el mundo.

¿Qué personaje de los que has entrevistado te ha deslumbrado?
Estando en Notimex, una de mis primeras entrevistas fue la de Neil Amstrong cuando acababa de regresar de la luna, me impactó muchísimo. Y sobre todo por lo que me dijo: “Yo no era creyente, y el estar en el universo, fuera de la atmósfera terrestre, me reafirmó que hay un creador”.

Alguna vez has sido tú misma el contenido de alguna noticia…
Notita. No de ocho columnas.

¿A Lolita le hubiera gustado hacerse una fotografía desnuda?
La verdad nunca se me había ocurrido ni he pensado jamás en salir encueradita, jamás. De joven sí tenía un buen cuerpo, era muy delgadita… Todas estábamos igual, podríamos haber hecho un calendario…

Lo que no falta en tu dieta…
Yo quisiera que nunca faltara el pan, es mi platillo favorito, y la mantequilla.

Lo que nunca falta en tu maleta de viaje…
Unas buenas chanclas para quitarte los zapatos y caminar a gusto.

Lo más dulce de Lolita…
Cuando nacieron mis hijos. En el momento en que me trajeron a cada bebé fue una felicidad sobrenatural, maravillosa.

¿Lo más amargo que ha probado?
Mi último divorcio. Hace 15 años. En el ´98 el señor me invitó a comer para avisarme que se iba con una de 25 años, y para mí fue así como la muerte, porque yo estaba enamorada de él. Ahí sí pasé dos años sufriendo muchísimo.

¿Cómo está actualmente el corazón de Lolita?
Mi corazón está feliz. No tengo pareja pero soy libre como una paloma; nunca estoy sola, tengo cinco perros, y si no viene una amiga viene otra, mi hija o mis nietos.

¿Dispuesta a entregar tu corazón de nuevo?
Tiene que haber algo muy especial  que se dé con otro señor, una química, algo. Por supuesto, yo estoy abierta. Si llega, feliz, pero no lo estoy esperando. Si no llega no voy a ser infeliz.

¿Cómo te han seducido, cómo te han enamorado?
Con química. Si me preguntas cómo quieres que sea tu pareja, alto, guapo. No. No importa si es chaparro, moreno, güero, pobre, nada, no me importa más que sentir algo especial. Que ahí está lo difícil.

¿Te gustaría escribir un libro?
Más adelante, cuando tenga más tiempo, y lo centraría en la labor social.

¿Has tenido alguna rival profesional?
Cuando empecé quizás muchas… Estaba Virginia, estaba Talina, estaban puras guapuras con experiencia y yo era una niña ´bemba´ que nunca había estudiado periodismo ni visto televisión ni nada.

Adela Micha…
Es una persona talentosa que entró después de mí. Es más joven, tiene su noticiero, le va bien…

Un oso que hayas hecho, sin querer, leyendo una…
Un día que me entrevistaban sobre los animales, me hablaban de esterilizar y la protección animal, y les digo: es que la labor de cuidar a los perros y a los gatos es una labor tetónica, en lugar de titánica. O una vez cuando recién empezaba, se hablaba de Nueva York y en lugar de urbe de hierro dije la ubre de hierro…. Jajaja.

¿Has pensado en la jubilación?
Todos tenemos que pensar en eso. A todos llega el momento en que nos tenemos que ir de todos lados. Y llegará. Espero que se tarde todavía, porque me siento fuerte, me siento bien, y ojalá que todavía mis jefes me quieran tener.

¿Qué representa para Lolita el Caribe mexicano?
Uno de los lugares más bellos del mundo. El clima, la gente, la arena, el mar.

¿Qué te quita el sueño?
El bienestar de los hijos cuando no sabes dónde están, o que andan viajando. Yo creo que los hijos es lo que más le preocupa a uno y después los nietos, que son como otros hijos. Los amores ya no. Me lo quitaron mucho tiempo, pero ya no, ya vivo tranquila y en paz.
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