las líneas del editor

Iniciamos esta revista justo a la mitad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, oficialmente conocidos como los Juegos de la XXXI Olimpiada, la cual ha acaparado los temas de conversación en todos los ámbitos, por ello esta columna está dedicada a los grandes atletas y cómo este paradisiaco enclave les ofrece sus bondades para detonar su talento.


Desafiando los ideales preconcebidos, la cancunense Clío Yohanam Bárcenas Escalona puso muy en alto el nombre de Quintana Roo y se encumbró durante la Olimpiada Nacional de Tenis de Mesa realizada el mes pasado en la ciudad de Querétaro, al ganar tres medallas de oro y una de bronce en la categoría Sub15. Las codiciadas medallas de oro las obtuvo en las modalidades de Equipos, junto a Ana Caro Magaña, Daniela Muñoz y Karina Cuéllar; en Dobles Mixtos, con Darío Arce, y en Individual al jugar la final con la también quintanarroense Daniela Muñoz, en tanto que la de bronce la ganó en Dobles femenil con Ana Caro Magaña. Vibrante y de infinito porvenir, Clío Bárcenas practica el tenis de mesa desde la edad de nueve años; era casi de esperarse que se convirtiera en medallista nacional e internacional con tremendos resultados dada su pasión y dedicación al deporte. Como una insólita proeza concatenada representó a México en campeonatos centroamericanos y latinoamericanos, en los que se apoderó del oro en la categoría femenil Sub 11 y Sub 13, en el año 2013 y 2015 respectivamente, así como en el ITTF World Hopes Week&Challenge, en el 2014, en Eslovenia, donde obtuvo medalla de plata en equipo junto con Darío Arce y de bronce en individual. Sin duda formará parte de una nueva generación de mujeres que encandilan a través de su labor, de su pasión, y en este caso llena de delirante ilusión demostrando talento. Ahora solo falta apoyarla e impulsarla. 

Tras regresar a la Ciudad de México después de haber conseguido tres medallas (oro, plata y bronce) en su gira por Europa, la cual les sirvió como preparación para el preolímpico, la jalisciense Nuria Diosdado y la yucateca Karen Achach consiguieron su anhelado pase a los Juegos Olímpicos de Río 2016 ranqueadas en el top 3, lo que les sirvió para afianzar su seguridad; pero no echan las campanas al vuelo ya que están conscientes de que el nivel en el Olímpico será más difícil. Y previo al momento clave, el dueto de nado sincronizado eligió este paradisiaco destino para realizar su último campamento de preparación, y fue la alberca olímpica del Colegio Boston donde las sirenas mexicanas entregaron cuerpo y alma con extenuantes sesiones de entrenamiento para afinar detalles en su rutina técnica y en la libre. “Creo que fue muy acertado que estuviéramos la última semana en Cancún, agarramos color, que es importante en este deporte, y también la confianza de entrenar en todo tipo de clima. Entrenamos bajo lluvia, bajo tormenta, con truenos, sol, mucho sol, poco sol; Cancún nos premió con todos los climas que sabemos que nos pueden tocar en la competencia, así que ya estamos aclimatadas”, declaró Nuria antes de partir a tierras brasileñas, donde no solo desean trascender con una buena actuación sino brillar con tremendos trajes de baño que luzcan con el resplandor del sol en Río de Janeiro, con los que presentarán una bella rutina técnica con temas de la película El Hotel Marigol y para la libre el tema es de la cinta Ángeles y Demonios, en donde se transmite drama y seriedad. Sin duda se espera mucho de este dueto olímpico de nado sincronizado, medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, ahora que vuelven a la final olímpica, la cual no ha contado con presencia mexicana desde que las hermanas Lillian y Érika Leal ocuparon el noveno lugar en la edición de Sídney 2000. Las mexicanas iniciaron su participación en la justa veraniega el pasado domingo 14 de agosto. 

[eric]
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