M
arco
Entrevista: Mariana Orea. Fotos: Esteban Torres.
Tu devoción…
La espiritualidad.
Tu sibarismo…
La buena comida, la buena
bebida, el buen hospedaje. La
sencillez pero con estilo y creativi-
dad.
¿
Qué es estilo?
Es simplemente tener la senci-
llez de saber qué es un detalle
bueno, un detalle en el momento,
básicamente, más que finura y
lujo.
Ay, qué bonito soy ¡cómo me
quiero…!
Sí. ¿Por qué?
Tu egocentrismo…
No es que sea egocéntrico,
simplemente me gusta lo que
hago y quien soy.
¿
A qué te sabe la crítica?
A algo apasionante de saber qué
es bueno y qué es malo.
¿
Cómo te la comes?
Caliente, fría y templada.
Tu peor desplante gastronómico…
Comer mal.
¿
Y tú respuesta a eso?
Comer mal en cualquier lugar, sea
la casa de un amigo o el mejor
restaurante del mundo.
¿
Y la respuesta a cuando criticas
mal?
Yo creo que si haces las cosas
con honestidad pierdes dos
cosas: amigos, que no considero
amigos, y gente que se consi-
deraban amigos. Es un arma
de dos filos, pero si lo haces con
honestidad y tienes ganas de
hacerlo y ser honesto en lo que
haces tienes de dos: te aman o
te odian.
La crítica de la que te has arre-
pentido…
Tal vez de alguien que tiene más
talento que yo.
Lo que más has disfrutado…
El nacimiento de todas mis hijas.
Son cuatro: Camila, Natalia, Paola
y Alexia.
Marco se viste de…
De lo que le gusta, de lo que lo
hace sentir libre en cada mo-
mento.
¿
Eres marquista (de marcas)?
Soy demasiado especialista en la
calidad. Si la calidad tiene marca
me la pongo, pero odio que lo
que traiga diga una marca, o
sea, cero; nunca me visto con
algo que traiga marcas evidentes.
Tu peor tropiezo…
Cuando hice algo que no era yo.
Por ejemplo, sentirte alguna vez
chef y no tienes idea de cómo
cocinar…
La infidelidad, a qué la has apli-
cado…
Yo creo que fidelidad o infidelidad
depende de lo que tú sientas… El
mundo es libre, y cada quien ve
la fidelidad o la infidelidad según
sus principios y valores. No creo
que haya un parámetro para que
te diga qué haces bien o mal más
que tu conciencia.
¿
La humildad es íntima de Marco?
Sí. Yo admiro a la gente que es
demasiado humilde, porque es la
que te enseña. Cada vez tienes
que aprender de los demás y ser
humilde para reconocer lo que
cada quien te está enseñando.
El restaurante más erótico…
Mi cama en domingo… Jajaja.
El objeto de tu deseo…
Superarme a mí mismo siempre.
Tu objeto fetichista… Lo que te
prende, lo que te provoca al
erotismo…
El cuerpo natural de una mujer,
sin cirugías ni nada. Me frena un
cuerpo sumamente operado.
Tu rival profesional…
Yo mismo.
A qué restaurante en Cancún o
Riviera Maya jamás regresarías…
A un italiano, malísimo, en La
Quinta.
¿
En qué restaurante has probado
el mejor beso?
En Le Mustache.
¿
Cómo has lidiado con tus de-
tractores?
Tienen una de dos, o perdonarme
o seguir adelante. A mí me da
exactamente lo mismo, me tiene
sin cuidado.
Tu bebida afrodisiaca…
El mezcal.
Tu ingrediente o platillo afrodi-
siaco…
El ajo.
¿
Alguna cruda moral?
No empecemos por ahí, porque
tengo varias. Cuando quedo mal
con la gente en algo que ya me
comprometí.
¿
Qué te roba el aliento?
Los olores.
¿
Para ti qué es un suspiro?
Acabar de comer rico, de tomar
rico, respirar y saber que estás
como con una sensación que pa-
rece un orgasmo pero en la panza.
¿
Qué te quita el sueño?
El arte.
Yo creo que si
haces las cosas con
honestidad pierdes
dos cosas: amigos,
que no considero
amigos, y gente que
se consideraban
amigos. Es un arma
de dos filos
eteta
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