¿
Qué te inspira este evento en lo espiritual?
Celebrar a una gran civilización que
sentó precedentes en su estructura social,
científica, arquitectónica, y que nos sirva
de inspiración para ponernos el propósito
de renacer con el pie derecho, con mu-
cha energía positiva y dejar todo lo malo
atrás, por el bien de nuestras familias, de
nuestro estado, de nuestro país. Cinco
mil 125 años se dice fácil, pero otros
seres humanos tendrán que esperarse
cinco mil 125 años más para celebrar ese
renacimiento cultural que ha atrapado al
mundo entero, y ojalá también contribuya
esta festividad al despertar turístico de
nuestra bella isla.
¿
El plato fuerte del Despertar de una Nueva Era?
El concierto de Armando Manzanero,
quien ha compuesto una canción para
esta monumental festividad, cuyo autor
intelectual es el empresario Eduardo
Albor, quien ha contribuido también
con un importante atractivo turístico en
nuestra Isla Mujeres a través de Dolphin
Discovery.
A propósito de atractivos… Como joven, ¿qué
crees que le falta a Isla Mujeres en ese sentido?
Tener otras alternativas en las artes…
y no me atrevo a decir que un centro
comercial o un cine porque no tenemos
espacio para construirlos… ¿Pero para
qué pedimos más si tenemos tan cerca a
Cancún?
La política…
Es una vitrina de cristal a la vista de
todos, y aquel que se meta en ella debe
estar consciente de sus actos y tiene
que ser responsable en el momento de
trabajar para buscarle solución a la pro-
blemática de la comunidad con la cual
se ha comprometido.
¿
Qué le ha quitado a Hugo la política?
El poder disfrutar un poquito más de mi
tiempo y de mi familia; me ha quitado
amigos y me he ganado enemigos.
También comentarios malos y buenos
de la sociedad. Soy tal vez el desayuno,
almuerzo y cena de los isleños. Pero no
me rajo.
Tu miedo…
Al fracaso y a no cumplir con lo que
prometo.
Tu dicha…
El haber nacido en esta maravillosa tierra
que muchos envidian, tener la familia
que tengo, llamarme Hugo Sánchez Mon-
talvo y el poder servir hoy a mi patria a
través de este encargo.
Tu sueño…
Siempre lo he dicho, mi sueño es ser
diputado federal, estar –y me veo- en la
máxima tribuna de la nación para expre-
sar algún sentimiento, alguna propuesta,
algún acuerdo, alguna demanda, al-
guna denuncia.
Tu frustración…
El no poder hacer a un lado al corazón
en el momento de realizar algunas
cosas.
Tu fantasma…
El no haberle dado a mi abuela, que fue
mi madre, la que me crió, lo que hoy
estoy disfrutando. Viví con mi abuela
momentos difíciles. Fui un niño y un ado-
lescente que tenía que ir a la escuela
sin dinero para el lunch, a veces con las
mochilas costuradas; en ocasiones no
teníamos para los útiles escolares y los
zapatos. Pase muchísimas carencias,
y cuando llegué hasta la cúspide mi
abuela-madre desafortunadamente
cayó en enfermedad y falleció dos días
antes de que yo tomara protesta como
candidato a presidente municipal. Ese es
un fantasma que hoy me persigue, el que
no haya podido devolverle mucho de lo
que ella me dio.
Tu orgullo…
Crecí en una familia muy humilde, y mi
vida cambió apenas hace ocho años.
Trabajaba en un restaurante como ca-
jero. Soy el primer presidente municipal
joven y pobre. No cuento con empresas
ni con una dinastía política que me haya
heredado el puesto.
Tus amores…
No tengo novia. He sido soltero toda la
vida. Por ahí pudo haber algo, pero no
realmente un amor que pueda haberme
tatuado, traumado o dejarme vivir sin
paz. Sin embargo, el simple hecho de no
tener hoy en día novia, esposa o hijos no
me hace menor o más grande que otros.
Soy y sigo siendo un ser humano que
eligió estar como está y espero que se
pueda respetar.
Tu último berrinche…
El 20 de noviembre, día de la Revolu-
ción Mexicana, y ocurrió porque en un
evento público que organizamos para
la conmemoración todo falló: no sirvió el
sonido, no había sombra para los invita-
dos especiales ni para toda una comuni-
dad que aguantó los ardientes rayos del
sol… las autoridades sudando, los niños
llorando, las señoras aguantando… Me la
pasé mal, e hice un gran berrinche.
Tu leyenda…
La que tenemos en Isla Mujeres, la de
Fermín Mundaca y su famosa trigueña.
El ejemplo de que en el corazón no se
manda, de que nadie te puede obligar
a querer y amar a alguien por más que
te dé lo que te quiera dar: oro, fortuna,
comodidades. La trigueña representa
de alguna manera la idiosincrasia de no-
sotros los isleños, de que si llegan de otros
lados con todas esas riquezas a enamo-
rarnos, sin que haya amor de verdad de
por medio a la isla, a nuestra identidad,
pues no más no.
¿
Qué te quita el sueño?
El poder pensar que me voy a morir en
cualquier momento, que pueda dejar
a medias muchas cosas que inicié, que
pueda dejar desamparada a mi familia
o a las personas que dependan de mí.
Le tengo pavor a la muerte, me es difícil
aceptar la mortalidad.
La política me ha quitado
amigos y me he ganado enemigos. Soy tal vez el
desayuno, almuerzo y cena de los isleños.
Pero no me rajo
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