Q
UITA SUEÑOS
La dama de hierro…
Fíjate que sí, tengo la fama. Me he enterado que hay
gente que me tiene más miedo a mí que a mi pobre
marido, y no sé por qué.
¿
Eres enojona?
Soy enojona, soy de las que me trago las bilis, pero no
grito. Mi mamá siempre decía que no necesitaba decir
nada porque transmitía mi furia sin decirlo.
¿
Te consideras La Jefa, o ama de llaves de una gran em-
presa?
Me considero la responsable de que todo funcione de la
mejor manera.
¿
Cómo ejerces el título de Dama Hotelera?…
Yo no soy dama hotelera, soy agente de viajes.
¿
Qué tan cierto es eso de que al ojo del amo engorda el
caballo?
Yo creo que la gente necesita sentir el apoyo de los pro-
pietarios, de los gerentes, para poder desarrollar mejor su
trabajo.
Tu brazo derecho…
Mi esposo, mis hijos, Leonardo.
¿
Y el izquierdo…?
Toda mi familia.
¿
De qué pie cojeas?
De querer hacer de todo, y hacerlo bien. Soy muy per-
feccionista, y eso es un gran pecado… y un constante
quitasueños.
Dolores, tu nombre, ¿qué le duele a Lolita?
Desde que conocí a una gurú ya no me duele nada. Lo
curioso es que no iba a ser mi nombre, me iba a llamar
como mi hermana Margarita, y por mi madrina de bautizo
me pusieron Dolores. Y sí, toda mi niñez padecí muchos
dolores, y tuve de todo: colitis nerviosa, gastritis. Yo decía
que por eso me habían puesto Dolores. Pero gracias a
Dios ya no me duele casi nada.
OLI
L
ÓPEZ
Fotos: Esteban Torres P.
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