Q
UITA SUEÑOS
J
UAN
V
ERGARA
,
EL UERVO
¿
Desmientes que los abogados son como los plátanos? ¿Nin-
guno es derecho?
No. Yo estudié una maestría en Derecho… y somos rectos.
¿
Cuándo le salieron las primeras plumas al cuervo…?
Hace 18 años que llegué a Cancún, Eduardo Shoener, un gran
amigo, en el Club Rotario de la Zona Hotelera me preguntó:
¿
Cuál es tu apodo? Le contesté: Juanito. Me dijo que aquí esos
apodos no funcionan, y que tenía tres minutos para decirle
uno. No lo conseguí, y me dijo: ya lo tengo:
el Cuervo
.
Le pre-
gunté por qué, y me dijo: por negro y narizón.
¿
Qué tan alto vuela el Cuervo…?
Muy alto. Demasiado alto. No tengo límites, aprendí a no te-
nerlos. Fui conociendo las alturas y sigo volando.
Qué tan cierto es eso de que cría cuervos y te sacarán los ojos…
No es verdad. Lo mejor que tengo es la lealtad, el agradeci-
miento, y sobre todo siempre reconocer lo que la gente hace
por ti y devolverle a la vida lo que te ha dado.
Si es tequila debe ser Cuervo…
Era el que tomaba, tequila Cuervo. No hay otro.
Por qué le gustó al Cuervo Cancún para hacer su
nido…
En ningún otro lado de la República
existen estas grandes oportuni-
dades que da Quintana Roo. Por
eso esto es lo que ha dado al
Cuervo y a mi familia, y que
también da a otras personas.
Mucho bienestar, mucha pista
para tomar vuelo, muchas
alturas.
Como tus homólogos
ingleses, ¿eres tan buen
custodio de las joyas de
la Corona?…
Claro, y también muy
puntual. Nadie me
gana en la puntuali-
dad.
Fotos: Esteban Torres P.
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