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Cancu
niqué
Mariana Orea
P
ECES
se ha ido… exhaló su último aliento hace algunos días, y su
partida ha sido abrumadora. Para sus tres hijos, desde luego, con
quienes demostró congruencia en valores, intelecto, sentimientos,
ideas y proyectos. Para su fiel compañero, cómplice y alma gemela,
nuestro querido gurú
JUAN JOSÉ MORALES,
uno de los grandes periodis-
tas científicos. Para varias generaciones en quienes inculcó la querida
maestra
PECES,
sí conocimiento pero también libertad de pensamiento,
de derechos y liderazgo a través del Centro Educativo Itzamná, la
primera escuela en este paraíso llamado Cancún, que durante 37 años
conservó la misma filosofía: una escuela evolutiva con ideas diferentes,
que reflejaron el espíritu mentor de su creadora.
PECES
se ha ido, pero
ha dejado un gran legado, el que nunca pensó como negocio, pero sí
como recurso de nueva enseñanza bajo los sistemas Montessori y Plan
Dalton, demasiado revolucionario para la época en el que se pusieron
los cimientos de Cancún, 1975. No le costó mucho convencerse de
que éste sería el lugar donde trascurrirían los capítulos más importantes
y trascendentes de su vida. Fue instigada para cambiar su residen-
cia capitalina de la noche a la mañana a esta ínsula por uno de los
pioneros,
ENRIQUE RIQUELME,
quien reconoció en ella esa fortaleza
como forjadora de mentes y espíritus brillantes, dados los antecedentes
escolares de sus hijos. Secundado en aquel entonces por don
ANTONIO
ENRÍQUEZ SAVIGNAC,
uno de los padres más célebres de Cancún. No
obstante de las condiciones personales -tres pequeños hijos a cuestas-,
no le abrumó la aventura en una tierra inhóspita. La hizo parte de su
sueño, la hizo propia de su geografía personal y la hizo heredera de su
formación para futuros educadores, docentes y estudiantes. Pero tam-
bién la quiso colocar en el medio nacional a través de sus egresados,
reconocidos por connotadas instituciones de niveles medio superior y su-
perior.
PECES
se ha ido. Dejando su garbo, dejando su magia, dejando
un valioso legado como una gran constructora del Caribe mexicano, y
dejando como asignatura pendiente a sus herederos extender el Centro
Educativo Itzamná hasta el nivel universitario… Alguna vez nos lo com-
partió: “La UNAM ha insistido. Siento que son palabras mayores. Ya no
sería Peces la que lo hiciera. Tal vez en un futuro cercano haya quienes
quieran asumir ese compromiso”… Nuestra admiración, oración y respeto
a este hermoso -ya- espíritu sabio... Descanse en paz…
Voilá!
Peces se ha ido
(1939-2012)
Peces, Guadalupe Ortiz.
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