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Como tigre (Chito, no Toño), ¿le gustan
las Zucaritas?
Sí… Pero con leche light.
¿A los tigres les gusta devorar langos-
ta?
¿A quién no le gusta devorar langosta?
Es lo mejor que se puede comer…
¿Sigue y seguirá siendo el rey?
No sé si sepan pero en diciembre me
nombraron Rey del Beisbol en EU. En
las convenciones mundiales de beisbol,
donde participa el Oriente, el Caribe,
EU, México, nada más han designado a
dos mexicanos. El primero fue don Alejo
Peralta, en 1967, cuando se efectúo
en nuestro país. Y en la convención del
año pasado en Dallas me honraron con
el nombramiento. Desgraciadamente
nada más dura un año; sin embargo, el
recuerdo, la corona, la carta, lo vamos a
conservar por muchos años.
¿Se paga por ese título?
Lo del reconocimiento del Rey del Beisbol
es un estudio que hacen esas gentes por
muchos años. No cualquiera puede serlo.
Van mil 500 convencionistas y nada más
uno sale como el Rey… Es todo un honor
y reconocimiento por el desempeño prác-
ticamente de casi una vida…
El rey de la selva…
El rey de la selva se llama tigre…
Así como ruge…
Bailo.
¿Cuál es el título que le falta con-
quistar?
Me queda todavía lo de la entroni-
zación al Salón de la Fama del Beisbol
Mexicano.
¿Se lo impiden los grillos?
Ja ja ja. Desgraciadamente sí, en ese
puesto hay mucha grilla, aunque no de-
bería ser porque es un recinto sagrado.
Pero creo que después de mi recono-
cimiento internacional voy a ir directa-
mente al Salón de la Fama.
¿Cómo acaba un tigre con los grillos?
Igual que en la política, toreándolos,
dándoles por su lado, pero sacándoles
la ventaja cuando es algo justo y co-
rrecto…
¿Cuáles son sus reglas del juego en lo
personal?
Ser honesto, de una sola línea y ser tra-
bajador. Por eso he sido exitoso 38 años:
me respetan los peloteros, los directivos,
el presidente de la liga, el beisbol inter-
nacional.
¿Usted ha desarrollado un instinto fe-
lino…?
Yo creo que sí. Contabilizo mi vida con
mucha suerte por lo que hago. No todos
pueden hacer lo que les gusta y percibir
un salario, y además ser exitoso… Hay
instinto.
La fórmula del éxito…
Entregar parte de tu vida y realmente
gustarte lo que haces. Pero no se con-
sigue de la noche a la mañana.
¿Duelo entre Tigres y Potros?
Creo que no va a haber un duelo. Siempre
me han dicho que por qué no movemos
los horarios de nuestros partidos cuando
juegan los Potros. Realmente no hay com-
petencia. Es un deporte diferente al nues-
tro, con afición también diferente. Quizá
el duelo que me gustaría es el de inter-
actuar entre nosotros, que hicieran juegos
de futbol donde participaran Tigres con-
tra Potros, y juegos de beisbol de Potros
contra Tigres, sería una gran iniciativa para
ambas aficiones, para la ciudad que en
ambos casos es su casa. Es una meta a la
que podemos tratar de llegar.
¿Una raya más al tigre?
Otro campeonato.
¿Cuál sería su liga mayor personal?
Es lo que me falta y estuve a punto de
hacerlo. Ser directivo de una liga ma-
yor… En el 2001 el ingeniero Carlos Pe-
ralta estuvo a punto de comprar a Los
Angelinos. La oferta que hizo a la empre-
sa que le pertenecía, Disney, fue mayor
al grupo que lo compró, pero le tuvieron
miedo por ser extranjero, por no ser parte
de la fraternidad de los 30 equipos es-
tadounidenses.
Los esteroides…
Muy malo para cualquier atleta. Porque
físicamente los hace superior por un mo-
mento contra un atleta que no está en
sus mismas condiciones, y lo otro es que
le perjudica su salud, y puede repercutir
cuando tenga familia.
¿Está a favor de las cirugías estéticas
en los hombres?
En lo personal estoy en contra, pero
cada quien decide en su vida…
¿Cuál es su bebida favorita?
Las aguas naturales: jamaica, tamarindo,
limonada… Bebidas fuertes las tomo,
pero nada más socialmente.
¿Qué colecciona?
Todos mis trofeos, reconocimientos.
Necesito una bodega para colgarlos.
¿Qué otra bola le coquetea?
La cacariza… la del golf.
¿Cuál es el campo que más le desafía?
Todos. Todos los campos de golf son un
reto, y los del estado no son fáciles.
¿Es golfista por convicción?
Porque me gusta, porque convivo mucho
con mis amigos, porque no dependo de
nadie, y con el golf se me olvidan todos
mis problemas.
¿Qué le quita el sueño?
El siempre estar pensando que tengo
que ser el número uno.
Fotos: Christian Jesús Ávila.
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