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Mag
uita
sueños
¿Al perder peso, se devaluó Magaly?
No. Al contrario, sus bonos subieron.
Sigue teniendo el mismo carisma, pero
con más agilidad, una autoestima más
elevada, pero sobre todo más salud.
¿Tu operación fue por una cuestión
también estética?
No. Hasta que me dio diabetes me dijo
el doctor: ´La única manera de que se te
quite es haciéndote el bypass gástrico´.
A mi amigo David Salomón le agradez-
co haberme aconsejado y empujado a
tomar esa decisión. Me operé y ahora
me siento muy, muy bien.
¿Qué se necesita para ser una mujer
de peso?
Se necesita tener los calzones bien
puestos, sentir que tienes confianza en
ti misma, sentir que puedes y saber que
todos somos iguales. No se necesita
ni estar guapa ni estar escultural… Se
necesita además hacer y luchar por lo
que te gusta, por lo que quieres.
¿Cómo se gana peso en la política?
Trabajando sin descanso, caminando
casa por casa, escuchando a la gente;
hacer un consenso con líderes de las
colonias. Sin embargo, el Frente Único
de Colonos ha sido importante en mi
carrera política, ha sido una gran fa-
milia.
¿Para tener peso en la política se
necesita un hado padrino, como fue
Pedro Joaquín Coldwell?
Yo creo que he tenido muchos hados
padrinos. Mi primer maestro fue Víctor
Cervera Pacheco, cuando tenía 14 o
15 años me patrocinó un equipo de
softbol. Después conocí a Felipe Amaro
y después a Pedro Joaquín. Al cabo del
tiempo he tenido grandes hados que
me han ayudado en mi trabajo como
funcionaria, a conseguir recursos para
Cancún, y eso lo aprecio mucho.
¿Cómo te metes a la política?
Don Víctor Cervera vino como delega-
do nacional del PRI a Quintana Roo. Y
me acuerdo que pasó a verme cuando
estaba trabajando en la escuela de
Leona Vicario. Él me dijo: ´Queremos
que participes, va a empezar la cam-
paña aquí…’. Así empieza todo, con
don Víctor Cervera y el primer comité de
mujeres en el ‘ 77… Fue difícil porque
los señores me decían: ´No Magaly, aquí
nuestras mujeres no participan, aquí las
mujeres son como las escopetas: car-
gadas y detrás de la puerta´… Con-
vencer a esos señores me costó mucho
trabajo pero lo logré.
Entonces, ¿parte de tu estrategia ha
sido ser mitotera como quien dice?
Más que el mitote, fue el defender los
derechos de la gente… pero siempre
fui revolucionaria.
En la política si hay hados padrinos,
¿hay amigos?
Sí. Como en todos lados. Mi padre me
decía: ´Hija, si algún día te metes en la
política procura hacer amigos, porque
los enemigos salen solos´. Desde en-
tonces he tratado de hacer amigos y
tengo muy buenos…
¿Qué se necesita para conservarlos…?
La comunicación, hablar con ellos
seguido, acordándome de la fecha de
su cumpleaños...
Luego del poder…
Salen los verdaderos amigos. Por ejem-
plo, cuando vino Salinas de Gortari a
dar una conferencia fue invitado por los
empresarios a una comida posterior, y
dijo: ´No, yo voy a comer con la única
comadre que tengo en Quintana Roo´,
y se fue a mi casa…
¿Qué se siente haber sido la primera
presidenta municipal de Cancún?
Un orgullo y una satisfacción muy
grande… Fue todo un trabajo, muy difí-
cil, porque fue por consulta a la base,
con puros hombres y sin el apoyo de mi
partido ni del gobierno. Yo sola, con el
apoyo de los colonos, llegamos.
¿Te gustaría ser la primera goberna-
dora de Quintana Roo…?
No. No creo justo que alguien que no
haya nacido aquí sea gobernador.
Puede ser, no es imposible, pero yo que
me llevo con muchos chetumaleños, con
muchos cozumeleños, es su sentir, y hasta
cierto punto les doy la razón.
¿Cuidas más ahora lo que sale que lo
que entra a tu boca?
Lo que entra a mi boca sigue entrando,
y lo que sale sigue saliendo. Me cuido
mucho porque fue un esfuerzo muy
grande. Aparte, soy como el modelo
de muchas mujeres que se han hecho la
misma operación. Soy muy disciplinada,
a pesar de los años, y no quiero defrau-
dar la confianza ni la admiración.
¿Qué tan bajo has caído…?
Muchas veces, pero me trauman dos:
haberme salido del partido para irme
a Convergencia. Y el Monumento al
Albañil, que se licitó durante mi adminis-
tración. Cuando paso me tapo los ojos.
Cuando te caíste públicamente, ¿qué
sentiste?
Me caí como dos veces públicamente.
Pero lo importante no era la caída, sino
lo rápido que me levantaba siempre. En
la vida, pienso que el problema no es
caerse, es levantarse, y seguir en la gira.
Si tu carrera política hubiera pasado
por un concurso de belleza, ¿qué Miss
serías?
Miss Lonjas, creo. Afortunadamente no
Yo me tomo las cosas frías,
porque en mente fría se asimilan
mejor las cosas. Y el whisky
me gusta con poco hielo,
porque lo que emborracha no es
el licor, es el hielo…
Fotos: Esteban Torres.
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