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y
Rafa
Lang
Mariana
Perri l l iat
ENTRELAZAN APELLIDOS
Espe
cial
portada
E
n medio del despliegue de una ce-
remonia llena de tradiciones con-
trajeron matrimonio Mariana Perri-
lliat y Rafael Lang. Todo comenzó
con una callejoneada por las
calles de San Miguel de Allende, donde casi
200 personas caminaron con ellos ataviados
con trajes típicos mexicanos, acompañados
de la tradicional estudiantina y un burro que
cargaba el mezcal para brindar por la felici-
dad de los novios.
Al mediodía del día siguiente los casi 400
invitados se dieron cita en el antiguo Jardín
de Los Lavaderos, ancestral espacio público
donde hasta la fecha la gente del pueblo
lava la ropa. Este pintoresco lugar fue esce-
nario de la llegada de Mariana con su papá,
Francisco Perrilliat, en una carreta jalada por
dos percherones negros, entre aplausos y la
música del Mariachi Juvenil de América.
El cortejo estuvo integrado por “damos”,
que no damas, entre los cuales estaban el
hermano y amigos de Mariana así como los
hijos del novio: Rafa, Santiago y Mau. La ce-
remonia civil culminó con la firma del acta,
fungiendo en calidad de testigos: Rodrigo de
la Peña, Jorge Borja, Raúl López, Aimé Solís,
Alejandro Ávalos, Francisco Perrilliat y Diego
Lang. Un detalle sublime fue cuando el tenor
mexicano Humberto Cravioto interpretó el Ave
María, mientras los nuevos esposos ofrecían el
ramo a la Virgen de Guadalupe. La salida de
la iglesia tuvo una sorpresa para el novio y
los asistentes: se soltaron cientos de mariposas
bajo las notas del tema
Por ti volaré
.
La nueva pareja junto con sus invitados
caminaron a través del Parque Juárez con
las tradicionales “mojigangas” hasta llegar
al Instituto Allende, donde se llevó a cabo la
recepción. Otra de las sorpresas la dio el her-
mano de Mariana, quien cantó
Y cómo es él
antes del primer baile de novios que inauguró
la fiesta, misma que duró hasta pasadas las
tres de la mañana.
El banquete estuvo integrado por cazue-
las de comida, esquites, un pastel de cuento,
flores, estrellas, candiles y velas (a cargo de la
mamá de la novia), lluvia, fuegos artificiales…
Pero sin duda el momento más memorable de
la fiesta fue la entrada de los chinelos, baile
tradicional morelense con trajes coloridos por-
tados por la familia Nava-Altamirano, tíos de
Mariana.
Sin duda un día inolvidable en la nueva
vida como casados de Mariana y Rafael,
quienes anexarán otros capítulos escritos en
Cancún.
Con toda la magia y tradiciones de San Miguel de Allende
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