Especiales

Lucía Vázquez Vázquez

Pasión por la pintura

A sus cinco años, Lucía es una niña que ha encontrado en la pintura no sólo un pasatiempo, sino una forma de canalizar sus sentimientos, su forma de ver la vida y hasta la manera de solidarizarse con su medio ambiente, siendo el eje de sus trabajos la alegría, combinando siempre sus colores favoritos: rosa, rojo, blanco, azul, verde, morado, naranja y amarillo.

Aunque es una niña en potencia, es una observadora de todo lo que ve, le gusta pintar mariposas, toboganes, flamingos, puerquitos, ballenas y delfines, a su forma y con su estilo le va dando forma y esa tarde durante la charla conoció la palabra “bocetos”, cosa que no realiza de sus obras porque pinta directamente sobre lienzos lo que siente, imagina, ve o simplemente se le ocurre.

Su primer recuerdo fue pintar alegría, tenía cerca de dos años y al poco tiempo le crearon su propia cuenta de Instagram donde han ido recopilando todo su material; Lucía todo el día pinta, le gusta más que jugar.

“Quiero ser doctora”, es lo que le gustaría ser cuando sea grande, pero no descarta seguir pintando alegría y muchos mundos felices, y para sus padres cada obra vale mucho por lo que representan, ya que en ellos se aprecia la evolución desde que empezó a pintar.

Karina, su mamá, recuerda que un día estaba frente a un bastidor, a ella también le gusta pintar pero no con el mismo entusiasmo que su hija, ya que hacía mucho tiempo que no los tocaba, pero cuando lo vio Lucía quien apenas caminaba y mucho menos hablaba, fue muy insistente, le pedía las pinturas a su manera; “en lo primero que pensé es: va a echar a perder mi bastidor, sin embargo, se los entregué y la dejé hacer lo que quisiera, fue algo muy sorprendente porque era su mundo y desde entonces no ha dejado de pintar, sin una guía ni nada. En ese momento aprendí que debemos aprender a escuchar a los hijos y tenerles la confianza para que realicen lo que los haga realmente felices”.

“Lucía vez se volvió más exigente, pintaba al día hasta dos lienzos de 30×30 y ahora cubre por completo los de 60×90; cada vez se vuelve más cuidadosa y cada vez pinta temas más alegres, le gustan los colores claros y aunque le pongo algunos tonos oscuros no los toca”, comentó su mamá mientras Lucía nos compartía sus trabajos en Instagram, en lucy_galerie.

De momento no piensan sus padres que sea necesario que Lucía tenga un maestro de pintura, a sus cinco años aún está en la búsqueda de un estilo y eso es lo que desean para ella: que libere su potencial sin ningún tipo de influencia, si más adelante ella misma lo pide, le pondrán un maestro para que le enseñe técnicas y le amplíe el panorama de la pintura universal.

A sus cinco años, Lucía ya tuvo su primera exposición en Londres. La presidente municipal de Puerto Morelos, Blanca Merari, le vio mucho potencial y la invitó a una expo de la que obtuvo muchas publicaciones. Estando en el Viejo Continente le quisieron comprar sus pinturas, “pero ella dice que no se venden ya que para nosotros representan un valor estimativo, cuando empieza una obra no para hasta que lo termina, y ya las firma con su nombre. Después de Londres viajó a Escocia, en Edimburgo y en España, donde también expuso”. Esta es la primera parte de su historia.

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